Desde hace unos días, el rector de la iglesia de Santa María de Elche, el ilicitano Francisco Conesa, ha sido nombrado también arcipreste y se encargará, a partir de ahora, «de coordinar las tareas pastorales, las actividades parroquiales y la atención a los sacerdotes» de otros cuatros templos, además de la basílica ilicitana: San Juan Bautista, San José, Sagrado Corazón de Jesús y El Salvador. «Arcipreste es un cargo, independientemente del lugar donde estás; es cierto que en los últimos años ha recaído en el rector de Santa María, pero podría no ser así. De hecho, el obispo, Jesús Murgui, ha elegido entre una terna de sacerdotes que se le presentó», asegura el propio Francisco Conesa, al tiempo que matiza que, «en estos cuatro años en los que voy a estar al frente del arciprestazgo, pretendo desde el primer momento seguir las líneas de trabajo que plantea el Papa Francisco al hablar de una transformación misionera de la Iglesia... o lo que es lo mismo, acercarnos a la gente». Es consciente en la realidad social en la que se mueve el presente y, por ello, «vamos a seguir haciendo todo lo que se pueda, desde la propia iglesia y con los fieles, para paliar la situación tan injusta que se ha producido y que ha dejado a numerosas familias en un situación de pobreza absoluta», explica el nuevo arcipreste de Santa María. Insiste en que, sobre todo, le gusta escuchar y que es «primordial revisar toda la vida parroquial para estar al lado de la gente y sus verdaderas necesidades». En los cerca de cuatro meses que lleva como rector de Santa María se ha dado cuenta de que «es una parroquia con muchas posibilidades, donde vamos a fomentar todo lo que haga crecer a la comunidad cristiana y todo lo que tenga que ver con el anuncio de Cristo. He podido comprobar que hay una devoción muy grande por la Virgen y vamos a ver cómo a través de todo eso podemos ayudar a la comunidad», concluye.