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El acusado de matar a su pareja de 12 puñaladas en el Pla reconoce el asesinato y pide perdón

El imputado acepta una pena de 15 años de prisión y una indemnización para los familiares de la joven fallecida de 200.000 euros

Los servicios funerarios retiran el cuerpo sin vida de la joven en la calle Ventarich DIEGO FOTÓGRAFOS

Con gritos de «Asesino, ya saldrás» abandonaron ayer la sala los familiares de una joven de 25 años que fue apuñalada por su pareja en un piso de la calle Ventarich, en el barrio del Pla, en mayo de 2012. A pesar de que el juicio con jurado se preveía inicialmente largo, el imputado se declaró culpable de los hechos en la vista celebrada ayer en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial y aceptó la pena propuesta por el Ministerio Fiscal en las conclusiones provisionales presentadas ante la sala y que después elevó a definitivas de 15 años de prisión.

Al inicio del juicio, el fiscal relató en su escrito de acusación que el imputado había mantenido una relación sentimental con la víctima entre el verano de 2011 y mayo de 2012 y que ambos habían vivido de manera no continuada en una habitación alquilada en un piso de la calle Ventarich. Asimismo, el Ministerio Fiscal explicó que la joven mantenía de forma paralela una relación sentimental con otra persona, una situación que era conocida por el imputado. Precisamente, en la noche del 1 de mayo el asesino confeso y su pareja discutieron por esta causa, ya que la joven comunicó al procesado su intención de dar por terminada la relación y marcharse con su otra pareja.

En el escrito de acusación, el fiscal indicó que la joven consumió aquella noche cocaína, morfina, diazepan y nordazepan, lo que le provocó un intenso sopor que la sumió en un profundo sueño, por lo que se tumbó en la cama de la habitación que todavía compartía con su pareja. Al parecer, el hombre también se acostó aquella noche junto a la joven y en torno a las 6.25 horas del 2 de mayo se despertó, cogió un cuchillo de cocina de seis centímetros de hoja que había en una mesa cercana, se sentó sobre la joven con la intención de inmovilizarla y sin que ésta pudiera defenderse le asestó doce cuchilladas, ocho de ellas en la zona de la axila y otras cuatro en el pecho que le afectaron al pulmón y al corazón.

Pese a la brutal agresión, la joven se despertó e intentó pedir auxilio y zafarse de su agresor, aunque no lo consiguió. Las puñaladas causaron en la víctima un shock hemorrágico que le provocaron la muerte.

En la última parte del escrito de acusación presentado por el Ministerio Fiscal, al que se adhirieron tanto la letrada de la Generalitat Valenciana como el abogado de la defensa, se explicó que una vez perpetrado el crimen, el asesino se vistió y llamó al 091 para confesar que acababa de matar a su pareja. Asimismo, el hombre esperó en el rellano del edificio la llegada de los efectivos policiales y allí mismo volvió a confesar los hechos.

El fiscal argumentó como agravantes del asesinato la alevosía, el ensañamiento y el parentesco entre la víctima y el agresor, aunque aportó como atenuante la confesión de los hechos.

El asesino confeso, además de la pena de 15 años de prisión, deberá indemnizar a los herederos legales de la víctima con 200.000 euros. En el escrito de acusación inicial presentado por la Fiscalía antes de la vista se solicitaba una pena de 25 años de cárcel.

En el último turno de palabra concedido por el magistrado presidente de la sala al autor material del crimen, el procesado sólo manifestó su deseo de «pedir perdón por el daño que he hecho». El juicio quedó, de este modo, visto para sentencia.

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