Javier Rovira asegura que la gran mayoría de las personas que están en riesgo de exclusión social lo que de verdad demandan es un trabajo. «La raíz de todos los problemas está en la falta de empleo. La gente no quiere vivir de ayudas, lo que quiere es trabajar. En este sentido quiero recordar que Cáritas no es un banco de alimentos. Nuestra labor va mucho más allá de facilitar comida».

Cáritas Elche cuenta con 350 voluntarios y, básicamente a través de las parroquias de la ciudad, ofrece ayuda a todas aquellas personas que se encuentran en riesgo de exclusión social. «La ayuda no es sólo de alimentos. Gracias a la labor de nuestros voluntarios de atención y orientación en todo tipo de cuestiones ya que hay gente que no conoce ni el Servef. También estamos realizando cursos encaminados a favorecer la inserción laboral. A las empresas que colaboran con nosotros siempre les decimos que está muy bien aportar dinero, pero que es mejor generar puestos de trabajo dignos».