Disonancia, Confluencia, Existencia y Sustancia. Por complicado que parezca a bote pronto aunar estas cuatro palabras tan opuestas entre sí, para la directora de Moda de Stylesight Europa, Sandrine Magniani, casan a la perfección para presentar de la mano de la Asociación Española de Empresas y Componentes del Calzado (AEC), cómo serán las líneas maestras que definirán las nuevas creaciones de la próxima temporada Otoño Invierno 2015/2016.

La gurú de las tendencias de la promotora líder a nivel mundial WSGN-STYLESIGHT, ofreció una conferencia bajo el título «Caos: el nuevo orden» en el Centro de Congresos de Elche, en la cual dio las pistas sobre los colores, formas y materiales clave que se verán en las calles cuando regrese el frío de nuevo.

Lo más destacable: por un lado el regreso del marrón, esta vez con pinceladas en naranja tabaco y dorados siempre sobre cueros y estampados de cocodrilo, y por otro, el blanco, que vuelve pisando firme temporada tras temporada con su cara más «fría» y en tonos crema.

Otro binomio que se había dejado ver antes, es el petróleo -que será el nuevo azul marino- y el color baya, un morado perfecto y combinable con tonos oscuros.

Como en cualquier ciclo perfecto, regresan del pasado al presente las famosas punteras finas y cuadradas, los tacones gruesos o de madera tallada y para alivio de los más cómodos, los mocasines tipo «Oford», eso sí, esta vez reinventados con cremalleras en el talón, en tonos cereza y dorado y con terminaciones brillantes y en algunos casos, con la lana estampada como principal protagonista.

Como modelo intermedio, los botines recobrarán poder tanto con suelas planas como en las más altas plataformas y tacones. El ápice distintivo: otra vez las cremalleras en plata y dorado, o cordoneras simuladas en el empeine.

Las botas de pescador con suelas de crepé se impondrán en los vestidores como una opción diaria y no solo para los días de lluvia y la inspiración hípica se materializará a través de botas planas por encima de la rodilla en todos los colores.

El denominador común que reinará en todos los zapatos serán las cremalleras en cualquier tono imaginable, pero principalmente las metalizadas y más llamativas.

Como siempre, los pequeños detalles serán los que marquen la gran diferencia mediante punteras de goma, borlas, cuentas. Todas ellas sobre materiales que imiten el cocodrilo, tejidos de cestería, cueros y, en muchas ocasiones, lanas. Pero bajo una condición, mezcladas entre sí dando lugar a un caos, en su versión más ordenado y moderno.