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Vivir en un contenedor marítimo

Las viviendas construidas a base del acero de los depósitos de los barcos se abren paso como forma de vida

Vivir en un contenedor marítimo

Hacer de un contenedor marítimo un hogar con todas las de la ley. Esta es la nueva tendencia, que se está abriendo paso en la provincia para vivir de una manera más barata, sostenible con el medio ambiente y con todas las prestaciones de una vivienda convencional.

En países como Holanda, Bélgica y Alemania esta forma de vida ya está más que extendida, y ahora ha llegado al Mediterráneo de forma tímida como una alternativa ante los efectos de la burbuja inmobiliaria y los altos costes de las casas.

Y es que, una vivienda de este tipo, con una superficie de 120 metros cuadrados, puede suponer para el bolsillo alrededor de 84.000 euros, con la cocina y baños equipados. Además, su tiempo de construcción supone también todo un récord, ya que en menos de tres meses los propietarios tienen lista su casa.

Jávea, Mutxamel, El Altet, Alicante, Busot... son algunos de los lugares donde ya se han dejado ver contenedores de barcos reconvertidos en viviendas unifamiliares que parten desde los 45 metros cuadrados hasta llegar incluso a grandes «chalés» de 300 metros cuadrados.

Para hacer realidad este curioso tipo de edificación, emprendedores ilicitanos (la constructora Hometainer, con fábrica en El Altet, en colaboración con el despacho profesional AMO Architectural Office) se han unido para la creación de este tipo de casas que, según sus impulsores, pueden ser incluso más seguras que las convencionales y tienen mayor resistencia ante un posible terremoto. De hecho, el equipo tiene proyectos pendientes con el municipio de Lorca para hacer edificación allí.

Trabajadores, autónomos y empresarios son el perfil de compradores de este tipo de viviendas, con terrenos donde poder construirla, interesados en el cuidado del medio ambiente y con una mentalidad más abierta. Y es que los inmuebles están fabricados con materiales totalmente reutilizados, desde la base hasta la última pieza. Además, los encargados de su desarrollo aseguran que, pese a estar construidas con acero, las viviendas no alteran el territorio, por el carácter de movilidad que tienen.

Esta tendencia ha demostrado que la evolución de la vivienda sigue su curso como alternativa a la crisis inmobiliaria y a una forma de pensar respetuosa con la naturaleza.

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