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Los resultados de las pruebas citológicas en el Hospital General superan los seis meses de demora

Los chequeos ordinarios llegan con más de medio año de retraso

Los resultados de las pruebas citológicas en el Hospital General superan los seis meses de demora

Las demoras y las listas de espera en el Hospital General de Elche están más que generalizadas en buena parte de los servicios médicos del centro ilicitano, una situación difícilmente explicable cuando la población adscrita al mismo se ha reducido a la mitad desde la apertura del Hospital del Vinalopó hace más de tres años. Sin embargo, no sólo algunas de las consultas de especialistas tienen demoras casi inasumibles, sino que también algunas de las pruebas diagnósticas que prescriben los facultativos se dilatan en el tiempo de modo preocupante.

Este es el caso de las citologías ordinarias que se están realizando en el servicio de Anatomía Patológica del Hospital General de Elche, cuyos resultados llegan a las pacientes con más de seis meses de demora, una espera inadmisible cuando el objetivo de las mismas es la detección de patologías graves, incluso, de carcinomas. Esta situación está provocando que en estos momentos se estén facilitando a las usuarias los resultados de las pruebas que se les practicaron en noviembre o diciembre pasado.

Sin embargo, estas demoras se suman a los retrasos que pueden experimentarse posteriormente en el caso de que se haya detectado alguna alteración, ya que una vez que la paciente acude al ginecólogo para recibir el informe de la citología y existe sospecha de que pueda haber alguna lesión, la usuaria deberá someterse a una biopsia posterior para confirmar cualquier sospecha inicial. Eso se traduce en que a los más de seis meses de retraso en disponer de las citologías ordinarias, las mujeres deberán esperar otro mes más, al menos, para disponer del examen microscópico y solicitar nuevamente cita con el especialista para disponer de un diagnóstico definitivo.

A esta espera de siete u ocho meses se unirá, posteriormente, el tiempo en el que deba programarse la intervención quirúrgica si procede, con lo que desde que una usuaria acude al médico de cabecera para realizarse una revisión en el ginecólogo hasta que llega al quirófano en caso de que sea necesaria una operación pueden pasar nueve o diez meses, un tiempo exagerado cuando se trata de patologías tumorales.

Esta situación está provocando las quejas de algunas mujeres que se han mostrado muy preocupadas por la excesiva tardanza en conocer los resultados de unas pruebas que son determinantes para detectar, entre otras cosas, la existencia de un cáncer de cuello de útero. De hecho, en los últimos días se ha atendido el caso de una mujer que se sometió a una citología en diciembre de 2013 y que ahora ha recibido los resultados de la prueba en la que se detecta la existencia de un tumor en avanzado estado de progresión.

Estos retrasos se unen a las demoras que también se están registrando en Elche para que las mujeres sean sometidas a una mamografía en la Unidad de Prevención del Cáncer de Mama, donde las demoras también superan los seis meses las demoras también superan los seis meses, un tiempo que también es inadmisible en un programa que precisamente lo que pretende es detectar precozmente las tumoraciones mamarias con el fin de atajar la enfermedad en los primeros estadíos.

Pero no sólo las citologías, las mamografías, las ecografías (que han reducido sus esperas de cuatro a dos meses por el programa extraordinario de tardes) o las resonancias sufren retrasos y acumulación de pacientes a la espera de ser sometidos a estas pruebas diagnósticas, sino que también hay consultas como las de Oftalmología infantil donde se están detectando largas listas de espera, así como en las citas de Traumatología o en las de Neurología, donde en estos momentos las visitas se están concertando para dentro de cuatro meses.

A pesar de los requerimientos de los sindicatos, de los partidos políticos y de las asociaciones cívicas para que la Conselleria de Sanidad tome cartas en el asunto y subsane esta situación, la respuesta de los responsables sanitarios se traduce en una incesante «reorganización de las agendas» y en una sucesión de «parches» que no consiguen dar una solución definitiva a problemas que resurgen cíclicamente cuando se retiran las medidas de choque.

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