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Un cauce vivo para la ciudad

El proyecto del «Valle Trenzado» abarca 4 kilómetros, pero sólo se ha actuado sobre 800 metros

Un cauce vivo para la ciudad

Elche cuenta desde hace unas semanas con el Premio Europeo del Espacio Público Urbano -compartido con el nuevo puerto de Marsella, ideado por Norman Foster- gracias al proyecto «Valle Trenzado», la propuesta que sobre el río Vinalopó conecta las dos márgenes de una forma sobresaliente a juicio de un jurado compuesto por expertos de Frankfurt, Londres, París, Helsinki o Viena.

Pero esta iniciativa es muchísimo más que lo hecho realidad hasta ahora en la ciudad y que se ha acometido en esta legislatura con cargo a los fondos del Plan E. Según explican Prócoro del Real y Antoni Baile, integrantes junto a Marta García Chico y Francisco Leiva Ivorra del Grupo Aranea, la empresa que ha imaginado esta red de senderos y pasarelas entrecruzadas sobre el río Vinalopó, el proyecto no sólo se limita a los 800 metros sobre los que se ha actuado hasta la fecha, sino que abarca nada más y nada menos que 4 kilómetros.

«Todavía dista mucho de ser un corredor verde de 4 kilómetros que acondicionaría la arteria principal verde de la ciudad para uso y disfrute de todos los ilicitanos, tal y como se planteó inicialmente cuando en 2009 se ganó el concurso internacional de ideas», señalan Del Real y Baile.

Ambos arquitectos recuerdan que la ladera era uno de estos temas pendientes en la ciudad y que al menos el proyecto, que consta de cuatro fases, se ha solidificado en el tramo entre el puente del Ferrocarril y el del Bimil·lenari.

«A la vista se aprecian pasarelas, caminos y jardinería, pero pocas personas son conocedoras de la cantidad de infraestructuras y organismos oficiales -se tuvo que negociar con la Confederación del Júcar, dos consellerias, Aigües d'Elx, comunidades de regantes, Ayuntamiento...- que entran en juego en un espacio tan abandonado, que en principio no parecía de nadie, pero del que todo el mundo tenía lógicamente algo que decir», agregan ambos profesionales.

Estos dos jóvenes arquitectos y paisajistas explican que a la hora de hacer el planteamiento general se encontraron un espacio largo y profundo, «una falla en el valle» (de unos 40 metros de profundidad), separando partes de la ciudad «que antaño no quisieron entenderse y que ahora se han trenzado» mediante el acondicionamiento de caminos existentes e históricos.

Los dos integrantes del Grupo Aranea explican que «el río forma parte de un plan más amplio que una legislatura, dado que se ha desarrollado con la colaboración de dos gobiernos opuestos; y tiene más miras que las de ser una obra faraónica inmediata, realizándose un plan de participación ciudadana para la totalidad de la ladera, con el fin de que la ciudad tuviera los instrumentos para acometer las otras tres fases restantes, que forman sus cuatro kilómetros de cauce urbano».

Fuentes municipales reconocieron ayer que no está previsto acometer el resto de fases, no sólo por la falta de predisposición política, sino sobre todo por la ausencia de presupuesto, ya que concluir la obra implica una gran inversión.

De ello son conscientes sus creadores, quienes pese a todo valoran que se pueda acceder al cauce, que se use con naturalidad y más asiduidad que antes y que se haya integrado en la vida de los ilicitanos.

«El premio no pertenece a unos políticos de un color u otro, ni tan siquiera a unos arquitectos o empresas, sino que es un premio concedido a Elche, a sus ciudadanos por hacer uso de este espacio urbano democrático», añaden.

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