Las estrecheces económicas de la administración pública se está dejando notar hasta en las cuestiones más básicas. De ahí que la disponibilidad de ropa de cama para cambiar diariamente las que se usan en el Hospital General sea más que exigua.
De hecho, en las últimas semanas el corto stock de lencería existente en el centro ilicitano ha provocado en muchos casos que el personal encargado de cambiar diariamente las sábanas de las habitaciones de los enfermos tengan que retirar únicamente la de abajo y sustituirla por la de arriba, con el fin de que los lienzos que se llevan a la lavandería se reduzcan a la mitad. Además, los encargados de mantener limpia la lencería de las habitaciones se ven obligados a «guardar» celosamente una reserva para poder cambiar las camas a cualquier enfermo al que le surja una eventualidad a lo largo del día.
Pero la falta de ropa no se circunscribe únicamente a las camas, sino también a las vestimentas que el centro ilicitano destina a los recién nacidos ubicados en la UCI Neonatal y que es más que escaso. Por eso, no es extraño que los neonatos tengan que ir ataviados con toallas enrolladas o con trozos de muletón, ya que no siempre están disponibles los bodys o las camisetas para vestir a los más pequeños. También el personal del centro se queja de que no siempre pueden acceder a los atuendos de trabajo de las tallas más habituales y que en muchas ocasiones los trabajadores se ven obligados a emplear indumentarias inadecuadas a su estatura o peso.
Por su parte, la dirección del Hospital General negó ayer tener conocimiento de la escasez de provisiones en el capítulo de lencería y aseguró que ni el personal del centro ni los usuarios habían mostrado queja alguna al respecto. Desde la dirección del centro se asegura que en el caso de haber conocido la situación se hubieran puesto las medidas adecuadas para solventar estas carencias.
Pero parece que la escasez de ropa de cama no es exclusiva del Hospital General, ya que hace unas semanas se hizo pública una denuncia revelando que el Hospital del Vinalopó no tenía almohadas suficientes para suministrar a todos sus pacientes. El centro aseguró entonces que se había tratado de un problema puntual que había quedado solventado de inmediato.
