Varias decenas de personas se concentraron ayer por la mañana ante un edificio de la calle Espronceda, donde estaba previsto que Guadalupe Herrerías y sus dos hijos, uno de ellos con una discapacidad, fueran desahuciados por una deuda de unos cien mil euros. Sin embargo, el desahucio quedó finalmente aplazado, aunque por el momento no hay nueva fecha para la ejecución.