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Un largo año sin Sara Montiel

El barítono ilicitano José Antonio Román reconoce que «la echo mucho de menos y no hay día que no me acuerde de ella».

Hoy se cumple un año del adiós definitivo de la actriz y cantante Sara Montiel (Campo de Criptana, Ciudad Real, 10 de marzo de 1928 - Madrid, 8 de abril de 2013) y para José Antonio Román Marcos, su «amigo especial», como ella le «decía», ha sido un tramo de silencios en donde los recuerdos se han ido acumulando «y es, ahora, cuando realmente valoro los momentos que pasé con ella», asegurá el barítono, profesor del Conservatorio de Elche y mestre de Capella. «La echo mucho de menos, fueron tres años muy intensos, hablando prácticamente todas las noches y, ahora, es difícil cortar todo eso de repente. Tengo a Sara constantemente en la cabeza y no hay día que no me acuerde de ella».

Hoy, en su recuerdo, José Antonio Román Marcos tiene previsto realizar su pequeño homenaje y va a difundir a través de internet y redes sociales «un vídeo, con el título de "Sara Montiel, su última canción", a través del que hemos querido conmemorar el primer aniversario de su "viaje final". El documento incluye la grabación de un audio de su último cumpleaños, en donde cantamos a dúo una parte de su canción "Yo te quiero vida mía", junto con el texto de su amiga Felicidad Alarcón y, después, las dos canciones a dúo de nuestro CD "Llegó con el alba". Algunos, como yo -continua el músico ilicitano-, hemos tenido la suerte de compartir tres años nuestra amistad con ella; otros, bastantes años más. Nos une el amor hacia esta mujer insustituible y única; siempre de buen humor, que tenía una lectura positiva de la vida... y que se nos ha ido demasiado pronto».

José Antonio Román Marcos, además, pretende que su recorrido con la artista manchega no quede en el olvido y, por ello, trabaja «en un libro donde pueda reunir todos los recuerdos y los momentos inolvidables que pasé junto a Sara. Con el libro, que incluirá material inédito, pretendo que se haga justicia con una mujer muy sincera. No quiero que el paso del tiempo diluya las cosas y pretendo que quede constancia de todo, incluso para mi propia memoria. Sara y yo llegamos a un acuerdo -puntualiza- de evitar a la prensa del corazón y eso le costó que mucha gente no le creyera su relación conmigo, creían que era un invento. El mundo del espectáculo al que ella estaba acostumbrado me asustó». Por último, el ilicitano José Antonio Román Marcos añade que «nunca la voy a olvidar por su fortaleza, por su manera de ser tan optimista y por su gran pasión por la música».

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