Ayer intervino en las VII Jornadas Católicos y Vida Pública, en la nueva sede en Elche de la Universidad CEU Cardenal Herrera, para debatir sobre la regeneración democrática, y tuvo tiempo para recordar sus esfuerzos, al lado de Adolfo Suárez, por ensanchar el mapa de colegios en una España que sufría para mejorar. Además, se mostró optimista ante los cambios sociales que se avecinan, que servirán para recuperar la confianza en los políticos; no obstante, temió que si no se profundiza realmente en las coordenadas económicas actuales, cuando vuelva a latir la financiación «se volverá a dedicar al ladrillo y a gastos suntuarios». José Manuel Otero Novas trasladó experiencias vividas, reflexionó en voz alta... y prometió volver a la ciudad como espectador del Misteri.

¿La mejora de la democracia empieza por superar la crisis de valores que se ha hecho presente?

Sí, por supuesto. La democracia tiene muchos problemas de naturaleza estructural, cuestiones técnico-políticas, desde luego, pero también es un tema de valores. Y ahí está el Humanismo Cristiano, que tiene que preocuparse de los valores que hoy predominan, pero también de los que predominaban ayer y de los que van a predominar mañana... aunque uno de los valores de hoy es la falta de valores.

¿Por dónde pasa la solución?

Porque se produzca un cambio de ciclo; creo que estamos en el final de un ciclo, que empezó en 1945, y con él saldremos de la indeferencia actual y entraremos en una fase de valores, de ideales, y naturalmente ahí el Humanismo Cristiano tiene mucho que decir. Precisamente, una señal de ese cambio es la crisis de la democracia.

Por la que usted luchó... como lo hizo también por darle solidez al sistema educativo.

Desde que establecimos el sistema democrático hemos hecho un esfuerzo, con éxito, por extender la escolarización; pero extenderla, sobre todo cuando se hace de manera acelerada, ha significado degradar el nivel, comenzando porque hemos tenido que estampillar profesores, miles y miles desde 1979 cuando gobernaba en Educación, y con un sistema que no era bueno y que propició un nivel del profesorado que no era el idóneo ni el mejor. Súmele a eso la equivocación de que hemos querido llevar la democracia a todo.

¿Democracia y escuela no riman?

La democracia en los colegios nos ha conducido tanto a la falta de autoridad como a la falta de rigor. En ese sentido, yo creo que la intención del ministro Wert ha sido restablecer la disciplina en la escuela, algo fundamental. La escuela no puede ser una reunión de iguales, sí como personas, pero no en la función dentro del aula. En conclusión, hemos conseguido logros importantes y tenemos carencias, quizás, como consecuencia del éxito.

¿Y puede haber éxito en el futuro inmediato de la economía?

Apoyo totalmente la política económica de Mariano Rajoy, aunque no la comparta, porque ha hecho lo posible y lo imposible por sacarnos de unas dificultades muy graves. Las empresas españolas no tienen capacidad de competir por nuestra política económica internacional... y no pueden competir porque nuestra capacidad de exportación no es nada comparado con las importaciones que vamos a volver a hacer cuando tengamos dinero.

¿Orgulloso de su etapa en el Gobierno de Adolfo Suárez?

Muy orgulloso y lo que se diga en su favor siempre será poco. Suárez no se preocupaba de su partido, se preocupaba de hacer política de Estado, de establecer el equilibrio democrático. Afortunadamente, con el tiempo, el pueblo le ha vuelto a poner en el sitio que merece