Evitar nuevos contagios es el objetivo fundamental de quienes luchan contra el sida. De hecho, los avances médicos han permitido que esta enfermedad se convierta en una patología crónica, aunque el caballo de batalla sigue estando en el control de la pandemia. En este contexto se inició hace algo más de un año un estudio europeo en el que han participado 75 de hospitales europeos de una veintena de países, y de ellos una docena de centros españoles entre los que se encuentran los profesionales del Hospital General de Elche como únicos investigadores en el ámbito de la Comunidad Valenciana.

Los resultados de este estudio, que ha contado con la colaboración de 894 parejas, se han presentado hace unos días en un congreso en Boston, donde ha quedado acreditado que las personas infectadas con el virus del VIH que están controladas con tratamientos retrovirales tienen escasas, por no decir nulas, posibilidades de contagiar la enfermedad a otras personas por vía sexual a pesar de no utilizar medidas profilácticas. «La mayor parte de nuevos casos en el mundo por VIH se dan en personas jóvenes que lo adquieren por vía sexual. Hay estudios que apuntan a que la mejor estrategia para evitar nuevas infecciones y para controlar la pandemia sería identificar a todos los afectados y tratarlos para impedir contagios a la comunidad», indicó Félix Gutiérrez, jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Elche y participante activo en el estudio.

La investigación se ha desarrollado sobre 894 parejas que han mantenido más de 44.000 relaciones sexuales sin protección (de ellas 586 heterosexuales y 308 homosexuales). «Los resultados indican que ninguna de las personas sin la infección ha sido contagiada por su pareja, que evidentemente estaba recibiendo el tratamiento adecuado para controlar el virus. Es difícil asegurar que el contagio va a ser cero, pero las probabilidades de que una persona con una carga viral no detectable y controlada con antiretrovirales contagie a otra son prácticamente inexistentes», indicó Gutiérrez, quien remarcó que, por lo tanto, lo esencial es que estos enfermos sean identificados y tratados cuanto antes.

Este estudio va a tener una segunda parte, el denominado «Partner II», ya que la certeza sobre las conclusiones se sitúan en torno a, 99,9% en el caso de las relaciones heterosexuales, aunque todavía existen algunas dudas sobre las posibilidades de que los homosexuales puedan resultar contagiados. «Este primer estudio ha demostrado que también en el caso del sexo anal receptivo con eyaculación las posibilidades de contagio si los enfermos están adecuadamente controlados son muy escasos, pero a pesar de eso se va a iniciar un segundo trabajo con 450 parejas homosexuales para acreditar aún con mayor certeza que incluso en estos casos el riesgo de contagio es muy bajo», aseguró el especialista ilicitano.

A partir de aquí, los expertos reunidos en Boston concluyeron que la mejor prevención es el tratamiento para evitar contagios en la comunidad. «Lo ideal es que todos los infectados se hagan las pruebas y se traten adecuadamente», indicó Gutiérrez.

España es uno de los países que ha participado en este estudio con un mayor número de hospitales y es también uno de los que más enfermos ha reclutado para la investigación puesto que aún se siguen detectando muchos casos.

El estudio ha contado con fondos del National Institute for Health Research de Inglaterra y se ha coordinado en el Copenhagen HIV Programme, en colaboración con el University College London y The Royal Free Hampstead NHS Trust en Londres.