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Aniversario

Siglo y medio al servicio de la fe

La cofradía de La Caída celebra este año los 150 años de su constitución auspiciada por el gremio de artesanos del calzado y por un colectivo de ayuda a los pobres en el corazón del barrio de San José, desde cuya parroquia salen en procesión cada Martes Santo

El paso incorpora la talla del Cristo Resucitado, obra de José Sánchez Lozano. diego fotógrafos

La cofradía de La Caída celebra este año el 150 aniversario de su constitución, una efemérides que trata de resaltar siglo y medio de historia, de pasión y de devoción por la imagen de un Cristo Caído camino del Calvario.

Por este motivo, los cofrades han fortalecido desde principios de año sus actividades de apoyo a los más necesitados y se han centrado en ayudar « y aliviar la carga de los más necesitados», según Alberto Pastor, responsable de Comunicación de La Caída. En este contexto, la cofradía ha organizado una donación de sangre, un ensayo solidario para recoger comida para los desfavorecidos y preparan para el 4 de octubre una salida extraordinaria con la imagen del Cristo que partirá de Santa María y que concluirá en la iglesia de San José.

También con motivo de este 150 aniversario, la cofradía ha cambiado el escudo que llevan sus cofrades sobre la vestimenta para que a partir de ahora simbolice no sólo la advocación del Cristo, sino también la de la Virgen del Rosario. Además, la cofradía contará este año con un escudo especial para conmemorar el aniversario, una obra que ha sido elaborada por el coordinador de Cultura Pablo Ruz.

La cofradía, que se remonta según los archivos a marzo de 1864, fue auspiciada por el gremio del calzado y tejedores y por los pobres del barrio de San José. Las crónicas cuentan que en aquel momento se trajeron de Orihuela las andas, las figuras de Simón de Cirene y un sayón al que se le agregó el Nazareno de la iglesia de San José.

La talla que hasta el estallido de la Guerra Civil se empleaba en las procesiones, y de la que se desconoce su autoría, fue quemada junto al resto de las imágenes secundarias y el paso en 1936, en un huerto cercano a la propia iglesia de San José. Posteriormente se encargaría una nueva talla de la que también se desconoce su autor y que desapareció inexplicablemente.

En los años 40 se encargó una nueva imagen, actualmente expuesta en la casa de hermandad de la cofradía, que era una talla completa con los ropajes y el pelo de madera y que tiene como característica diferenciadora que una de las manos del Cristo está apoyada en una roca.

Sería en 1952 cuando se estrenó la imagen que en estos momentos sale en procesión cada Martes Santo y que es obra del imaginero José Sánchez Lozano, una talla que representa al Cristo en su camino hacia el Gólgota con las dos manos asiendo la cruz. En el proceso de refundación de la cofradía emprendido después de la Guerra Civil se instauró uno de los momentos más emblemáticos de la Semana Santa ilicitana, el encuentro con la imagen de la Santa Mujer Verónica que se mantiene aún en la actualidad.

Ya en la década de los 90 se procedió a cambiar las andas del Cristo que a partir de ese momento fue portado por una cuadrilla de costaleros bajo el estilo granadino y que destaca por la riqueza ornamental de tintes churriguerescos propios del barroco sevillano, tallado en madera de cedro y recubierto de oro de 24 quilates. Sin embargo, el paso mantiene su conexión con la esencia de la ciudad y presenta en las hornacinas frontales las imágenes de la Virgen de la Asunción y de San Agatángelo, mientras que en la parte posterior hay una zona dedicada a San José y a San Crispín.

La cofradía incorporó en 2003 la advocación de María Santísima del Rosario, ligada desde sus orígenes al antiguo convento franciscano de San José y desde 2012 cuentan con una nueva talla obra de Luis Álvarez Duarte.

Los cofrades aseguran que seguirán trabajando porque la cofradía siga procesionando, al menos, 150 años más.

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