La asociación Minusválidos en Acción tenía decidido que su nombre se había quedado anticuado, que incluso tenía connotaciones negativas y peyorativas que han llevado a eliminar la palabra «minusválido» del lenguaje legal y administrativo. Decidieron aprovechar el cambio de nombre como actividad y herramienta educativa, y para idear su nueva denominación han pedido propuestas a niños de tercero, quinto y sexto de Primaria del colegio Luis Cernuda, a quienes impartieron una charla para hacerles llegar la importancia de la igualdad o del respeto. Una de las vocales de la asociación, Susi Fenoll, cuenta que «les intenté hacer distinguir la enfermedad de la discapacidad, les hablé de que desde la prehistoria siempre han existido discapacitados por unos motivos u otros -por hambrunas, guerras o accidentes de tráfico- y les transmití que la discapacidad es una característica de la persona pero no la define». Susi Fenoll cuenta que «los niños no tienen prejuicios» y que para ellos resulta sencillo comprender que unas personas se desplazan caminando y otras en silla de ruedas, sin más.

Unos 90 niños hicieron sus propuestas y de sus dibujos se escogieron dos, uno para rebautizar a la asociación y otro para diseñar un nuevo logotipo. Desde ahora, la agrupación se llamará «Sin Límites» y su símbolo será una bola del mundo sobre una silla de ruedas. Desde luego, de su imaginación salieron ideas de lo más sorprendentes, desde eslóganes sencillos y directos como «Todos somos personas iguales» o «Todos tenemos corazón» hasta otros más simbólicos como «Energía al poder» o «Somos especiales», algunos reivindicativos como «El respeto es nuestro derecho» o «Todos valemos», y también más exaltados, como «Másvalidos» o sencillamente «Los discapacitados son los mejores», o profundos, como «Los discapacitados también tienen problemas, como nosotros».

El concejal de Acción Social, Antonio Luis Martínez-Pujalte, alabó la iniciativa por su valor educativo, respaldada también por el presidente de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la provincia (Cocemfe Alicante), Antonio Ruescas, quien señaló que «hay quien le da mucha importancia al tema lingüístico, aunque hay veces que la forma de decir las cosas es más hiriente que el vocabulario, pero con algunas palabras se hace daño a las personas -baste recordar cuando hablábamos de "subnormales"- y somos más partidarios de utilizar "persona con discapacidad" o de hablar de "diversidad funcional"». Susi Fenoll, por su parte, plantó que considera la palabra discapacitado también despectiva y abogó por «persona con diversidad funcional», manifestando que «la liberación de la mujer se ha hecho a través del vocabulario».

Ruescas subrayó que el trabajo con los jóvenes, que «serán los próximos arquitectos, médicos o políticos» es importante porque permite sensibilizar a una generación y explicarle que «no somos ni más ni menos que los demás».