La «pasividad» de los distintos gobiernos socialistas en cuanto a iniciativas para borrar de la ciudad cualquier resquicio franquista, contrasta con la premura con la que el actual gobierno el PP ha actuado eliminando símbolos progresistas desde su llegada al poder. Si bien es cierto que el ex alcalde socialista, Alejandro Soler, eliminó del callejero a Joaquín Cartagena Baile, sustituyéndolo por el del poeta Ausiàs March, ha sido la alcaldesa, Mercedes Alonso, quien se apresuró a cambiar el nombre del jardín dedicado a Dolores Ibárruri, la «Pasionaria», y a recordar al alcalde franquista Vicente Quiles dando su nombre a la Avenida del Ferrocarril. M. A.