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El Centro de Acogida Baix Vinalopó alojará a menores con trastornos de conducta

La Conselleria de Bienestar Social considera que es un salto de especialización al crear plazas de «formación especial» hasta ahora inexistentes en Elche - La medida supondrá la salida de algunos de los jóvenes que actualmente residen en el inmueble

El Centro de Acogida de Menores Baix Vinalopó, en una imagen tomada ayer. antonio amorós

El Centro de Acogida de Menores Baix Vinalopó, situado frente al Hospital General de Elche, comenzará en apenas cuatro semanas un proceso de reconversión para pasar a especializarse como «Centro de Acogida de Formación Especial» (CAFE) y alojar en sus instalaciones a menores con trastornos de conducta o necesidades especiales, según confirma la Conselleria de Bienestar Social. Esta reconversión supone un salto en la especialización del personal, los servicios de atención a los menores o las medidas de seguridad y contención, según se desprende del pliego de condiciones técnicas para la adjudicación del nuevo contrato de gestión, que entrará en vigor el 1 de marzo y tendrá una duración máxima de dos años. No en vano, según explican desde Conselleria, hasta la fecha no existe en Elche ningún centro con esta categoría de «formación especial».

La primera consecuencia, según temen algunos de los menores que están alojados en el centro de acogida y algunas de sus familias, es que ellos tendrán que abandonar las instalaciones para «dejar hueco» a los nuevos huéspedes. Desde la Conselleria, sin embargo, aseguraron ayer que no está definido aún el número de menores que se marcharán del centro, y que en cualquier caso sería una buena noticia, dado que «el objetivo de los centros de protección de menores es que estén institucionalizados el menor tiempo posible, se busca enviarles lo antes posible con una familia educadora porque se considera que su permanencia en un entorno familiar es lo idóneo, excepto en los casos en que los técnicos no lo aconsejen».

Así, y siempre según Bienestar Social, algunos de los menores que actualmente residen en el centro Baix Vinalopó serán alojados con familias de acogida o en otros centros de similares características, y otros quedarán en las mismas circunstancias que ahora. En todos los casos se hará pensando en lo mejor para cada uno de ellos, apostillan.

Protección

Los menores que residen en el Centro de Acogida Baix Vinalopó están en el sistema de protección de la Generalitat Valenciana, o bien en régimen de tutela (en los casos en que la administración asume su tutela por considerarles en desamparo) o bien en régimen de guarda (cuando por circunstancias provisionales no pueden ser atendidos por los padres pero la situación es reversible). Conviene señalar, según añaden desde la Conselleria, que el caso de estos niños y jóvenes no es el de menores infractores con medidas judiciales de internamiento, es decir, que no han cometido infracciones sino que carecen de un núcleo familiar adecuado.

Condiciones

El pliego de condiciones técnicas para el nuevo contrato de gestión del centro de acogida establece que tendrá una capacidad de 18 plazas de atención residencial, preferentemente para menores de 12 a 17 años «que presenten, entre otras causas, disfunciones graves de conducta que requieran de necesidades especiales de intervención, precisando de una atención específica en un entorno de mayor control y supervisión, a la vez que se atienden las necesidades sociales, educativas, emocionales y personales que han provocado su desprotección, y siempre y cuando no requieran de un internamiento hospitalario o de una atención médica intensiva».

La adjudicataria tendrá que hacerse cargo de los gastos de funcionamiento y mantenimiento del inmueble, de la atención integral de los menores (alimentación, vestido, aseo, ocio, atención sanitaria, cultural y formativa y una asignación a cada uno de ellos para gastos de bolsillo), así como del equipo humano, de un servicio de vigilancia 24 horas, programar actividades ocupacionales, prestar apoyo psicosocial y terapéutico y organizar actividades recreativas, incluyendo también poner en marcha un plan de emergencia y evacuación y, si es necesario, dotar el edificio de elementos constructivos de seguridad y contención que se utilizarán como último recurso en defensa propia del personal o en casos de resistencia física o autolesión de los menores internos.

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