Andreu Castillejos i Furió cerró ayer sus ojos, esos que dieron una mirada distinta para adentrarse en el Misteri, y los mismos que reivindicaron, la mayoría de las veces en blanco y negro, las injusticias sociales. Tenía 71 años (Elche, 1942) y llevaba los últimos meses luchando por recuperar su existencia más vital, la que le hizo reconocerse en el mundo del arte como pintor y fotógrafo, sobre todo, a lo que fue añadiendo otros recorridos marcados también por su compromiso social, su solidaridad y sus interminables viajes. Fuentes cercanas a la familia aseguraron ayer que «hace días se decidió trasladarle del Hospital de Dénia al de San Vicente, en el largo proceso que llevaba de intentar recuperarse del ictus cerebral que sufrió en el mes de agosto. Y lo cierto, es que parecía encontrarse un poco mejor; pero, sin embargo, a primeras horas de la tarde -de ayer miércoles- falleció».
Su recorrido artístico y personal ha ido encandenando en todo este tiempo eslabones culturales desde que empezó dando clases de pintura en el colegio Eugeni d'Ors y en el Hort del Xocolater, hasta lograr recoger, pese a lo reservado que era con su obra, numerosos premios y reconocimientos, con piezas en museos de arte contemporáneo de España, Europa y Latinoamérica. Además, paralelamente a ese mundo de coordenadas plásticas, Andreu Castillejos fue también viendo cómo crecía su preocupación por las injusticias sociales haciendo de sus obras una manera de denunciar los problemasvinculados a la gente más desprotegida. Ayer por la tarde, sus restos mortales llegaban desde San Vicente del Raspeig al Tanatorio de L'Aljub (sala 2), donde hoy se celebrará una ceremonia de homenaje y despedida a partir de las 16.00 horas.
La noticia de su muerte, que se propagó con rapidez entre colectivos culturales y agrupaciones sociales y políticas, dejó numerosas muestras de cariño y apreció por el artista plástico, haciendo llegar ese sentimiento hasta sus dos hermanos e hijo, así como a sus amigos más cercanos. En este sentido, desde Esquerra Unida se apuntaba que «nos quedamos sin una figura emblemática de la cultura ilicitana, un hombre ejemplar reconocido tanto por su obra como por su compromiso social», añadiendo que «su legado artístico y su espíritu combativo es la mejor herencia que nos queda». En términos similares se manifiestan desde la Unión Intercomarcal CC OO Vinalopó-Vega Baja, mientras que desde el Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó, de donde era socio de honor, «queremos agradecer, así, su contribución a la pintura valenciana hecha desde el Baix Vinalopó, su testimonio fotográfico y su compromiso solidario con los más débiles y menos favorecidos socialmente». Desde el Comité Local de Republicanos Elx es calificado de «comprometido militante de izquierdas, republicano e internacionalista», y se reivindica «una plaza, calle u otro espacio público que lleve su nombre en la ciudad». También, desde ACPV-Casal Jaume I d'Elx se destaca «su compromiso con la cultura y la lengua, y su compr0miso en la lucha por nuestro país y por un mundo mejor».
