En mitad del día bajo el sol del otoño o por la noche, el Festival d'Elx ha hechizado a los ilicitanos durante este fin de semana.

Y es que, el encanto del mercado artesano instalado a lo largo de las calles del centro histórico se ha convertido en uno de los grandes atractivos por su variada oferta.

Así, desde puestos dedicados a la gastronomía con apetecibles pasteles, quesos, embutidos, cocas, miel y castañas, así como tenderetes de jabones hechos a mano, artilugios de madera tallada, auténticas muestras de orfebrería... despiertan el interés de los transeúntes que movidos por la curiosidad hacen sus compras.

Además, a lo largo de esos 160 puestos hay espacio para las comidas típicas de otros países, como los ya populares kebabs o pinchos morunos, que se entremezclan con la gastronomía tradicional de la zona.

Pero dar una vuelta por el mercadillo medieval también puede traer consigo la oportunidad de conocer el futuro en un puesto donde se leen las manos, o ser maquillada por una artesana de época.

De esta forma, las plazas del centro, como la Glorieta, el Congreso Eucarístico, Traspalacio y las calles más estrechas de sus alrededores aúnan pasado y presente con banderolas, estandartes y la indumentaria de la época de la Edad Media.

De hecho, ayer, como nota curiosa, los comercios del centro aprovecharon para sacar sus artículos a la calle y las últimas tendencias en calzado o moda convivían con la oferta artesanal del festival.

Animación constante

En mitad del trasiego constante de gente en torno al mercado, los entrañables pasacalles llenos de colorido y de ritmo se hacen presentes.

El sonido de tambores y las gaitas, la música árabe y medieval irrumpían ayer por las calles para amenizar la ciudad, al igual que ocurrirá hoy.

De la misma manera, los espectáculos de calle, los malabaristas, las representaciones de teatro improvisadas invitan a imaginar cómo se divertían en épocas pasadas y de leyenda.

Funciones de circo, de domadores y de bailarinas llenan de un ambiente mágico el centro de la ciudad.

Así, ayer la ciudad de Elche vivió el día más intenso de la programación que ha trazado la empresa Pegasus. La infinidad de actividades que marcaron la jornada se complementaron con el concierto de música medieval de Tomé Olives, que trasladó los sonidos de la Edad Media a los interiores de la basílica de Santa María. Un concierto de órgano y solidario, patrocinado por el Rotary Club Elche, que sirvió para recaudar fondos para la Casita de Reposo con el fin de financiar el material de los niños acogidos.

Además de la música del siglo XVI de Olivés, el grupo La Dansrye, especializado en instrumentos de la época llevó ayer por la noche la magia del medievo al claustro de San José.

Hoy, el arte escénico será el protagonista del Festival Medieval. Con ello, la agrupación Nao d'Amores, en coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, llevarán al escenario del Gran Teatro la obra «Farsas y Églogas de Lucas Fernández» a las 20.30 horas.

Después de cuatro intensos días, la cita de hoy con el medievo terminará con un pequeño paréntesis hasta el próximo fin de semana (el último antes del cierre del evento).

A partir del próximo jueves 31 de octubre, el mercadillo, los pasacalles y el ambiente de los siglos pasados y de una época legendaria volverán a adentrarse en la ciudad hasta el domingo, 3 de noviembre.