­Durante los meses de septiembre y octubre las oficinas de la Unión General de Trabajadores de la comarca reciben entre 50 y 60 consultas, quejas o denuncias sobre condiciones de trabajo en el mundo de la hostelería.

De tal modo, como aseguró María Gracia, secretaria general del sindicato comarcal de Hostelería de UGT, «cada día tres o cuatro personas acuden a recibir asesoramiento e información sobre sus contratos laborales en Elche». Y es que, «hay muchos puestos de hostelería que no cumplen las condiciones legales y obligan a los empleados a doblar o triplicar sus jornadas de trabajo», como aseguró Gracia.

El motivo que lleva a los empresarios a realizar este tipo de contratos es siempre es el mismo. «Si no estás de acuerdo con las condiciones, hay millones de personas paradas» y «amenazan con despedirte», como señaló Martín Carpena, secretario comarcal de Comisiones Obraras de la ciudad. Ambos sindicatos coinciden en que «por desgracia hoy en día hay muchísima precariedad en el mundo de la hostelería».

De esta forma, María Gracia destacó algunos casos reales, que ella misma ha tenido que gestionar, sobre diversos trabajadores ilicitanos. En este orden destacan casos de establecimientos céntricos que «tienen empleados a sus trabajadores por seis u ocho horas semanales y realizan ocho horas diarias», también hay puestos que realizan «todos los días 12 horas diarias y no libran cuando les corresponde»,

«empleados que hacen 40 horas semanales, tienen contratadas 20 y cobran en negro» y «personas que ni siquiera están dadas de alta en la Seguridad Social, porque el coste que supone para la empresa es muy elevado». Así, según Gracia, la gente acude quejándose, «porque al realizar las cuentas, tan solo cobran entre dos o cinco euros la hora» y «se sienten explotados».

Desde UGT afirmaron que «un porcentaje muy elevado de personas denuncian sobre todo los impagos y las horas trabajadas de más, en lugares donde en contrato se establecen 20 y después realiza 40 horas semanales». También aseguró, que los meses donde más quejas o consultas se reciben son en agosto, septiembre y octubre, que es la época en la que se crea más negocio en el mundo de la hostelería.

Pero los problemas no acaban ahí. «Las condiciones laborales de los hosteleros parecen deberse al incremento de los grandes negocios en la ciudad, que obligan a los pequeños comercios a asumir y ofrecer unos requisitos que no pueden cumplir, esto se mezcla con la necesidad de trabajar de las personas por la situación económica actual y las consecuencias de la reforma laboral», como indicaron los sindicatos.

Y es que «dicha reforma ha hecho que muchas empresas adelgacen su plantilla, tirando a la gente fija a la calle por antigüedad y se realice una contratación en jornadas mínimas, porque las entidades no pueden costearse todos los gastos que conlleva un negocio», como señaló Gracia.

No obstante, el convenio de Hostelería de la provincia de Alicante, sí que recoge una serie de derechos relacionados con el descanso, que hoy en día la mayoría de empresas no cumplen.

De esta forma, la normativa establece un máximo de 40 horas semanales trabajadas si están expresadas así en el contrato, una libranza semanal de dos días ininterrumpidos con derecho a un descanso dominical al mes, establece un precio distinto para las horas extras, el trabajador que tenga a su cuidado un niño de una edad igual o inferior a los seis años tendrán la opción de descansar los dos días semanales durante el sábado y el domingo, siempre que en estos días no esté ausente un número de personal adscrito, y tendrán derecho a unas vacaciones anuales ininterrumpidas de treinta y un días naturales.

Por ello, ambos sindicatos solicitan «un mayor control de los establecimientos, donde se revise más la normativa y se profesionalicen las condiciones, porque hay trabajadores que no pueden sostener más esta situación».

«El problema es el abaratamiento de los precios»

La Asociación de Comerciantes de Elche y la Asociación de Empresas Turísticas de Elche (AETE) consideran que «el principal problema del mundo de la Hostelería se encuentra en el abaratamiento de precio del producto». De esta forma, según señaló Carmen Pérez de AETE, «los establecimientos que recurren a tener los precios más bajos para tener un mayor número de clientes solo benefician a sus consumidores y se debería de luchar por una relación calidad-precio».

Así, como afirmó, «todo es un círculo, y un negocio que abarata tanto su oferta, repercute en las condiciones laborales de los trabajadores, ya que normalmente estos negocios no son capaces de afrontar todos los gastos tanto de personal como de servicios y están abocados, no solo a no cumplir las condiciones legales, sino también a desaparecer en un corto plazo de tiempo».

Por otra parte, según afirmaron las dos asociaciones, otro de los principales problemas de los hosteleros es que «las pequeñas empresas locales, no pueden competir con las nacionales que están haciéndose hueco en la ciudad e intentan vender los productos al mismo precio que dichos establecimientos. De esta forma, «los pequeños comercios, se ven obligados a competir, cuando en realidad no puede permitirse las mismas condiciones».

Soluciones

De esta forma, Carmen Pérez de AETE, aseguró que la solución para mejorar la situación sería que «los hosteleros dialogasen con la Administración, y a su vez, estos se reuniesen con los empleados para hacer sugerencias y estudiar las necesidades de cada empleado». Por su parte, Antonia Pomares, de la Asociación de Comerciantes, propuso «una reunión entre los grupos de restauración de ambas asociaciones para frenar la situación».

Asimismo, Iñaki Goñi, representante de Hostelería de la Asociación de Comerciantes, señaló que «la solución sería que las pequeñas empresas recibieran un plus por cada empleado que contratasen, como hacen en otro países, ya que esto mejoraría las condiciones laborales de los trabajadores» y afirmó que «estamos planeando una reunión con los hosteleros para gestionar la compra».