Basta tener un poco de memoria para saber que un elemento indiscutible del paisaje agrícola ilicitano son los almendros. Cada vez ese producto ocupa menos hectáreas y supone menos kilos en los balances de producción a final de año, pero lejos de resignarse a que siga poco a poco perdiendo terreno, los profesionales y sindicatos agrarios mantienen que la calidad que se obtiene en Elche no tiene parangón, que se trata de árbol que menos tratamientos y agua le pide al agricultor y que, aunque esté en el filo de lo rentable, aún puede tener mucho que decir. Uno de los argumentos a favor este año ha sido la subida de precios de la que se ha beneficiado el cultivador de almendra, aunque ha llegado justa para compensar la bajada de producción registrada en los árboles, que no todos los años dan de sí los mismos kilos de fruto.

En concreto, el presidente de la Comunidad de Labradores y Ganaderos de Elche, Antonio Valero, señala que actualmente se está pagando en torno a 5,60 o 5,80 euros el kilo de almendra en grano (aunque se demanda más con cáscara, a 1,50 euros, y de cada kilo se sacan unos 300 gramos de grano). El precio del año pasado, según recuerda el vicepresidente, Trinitario Agulló, estaba por estas fechas en 4 o 4,50 euros. La subida es significativa, aunque va también en relación a la producción: Este año la mayoría de agricultores han detectado que los árboles han sacado un 25% menos de kilos que el año pasado, y en ello coinciden Vicente Piñol (del sindicato Asaja), Trinitario Agulló, Santiago Pascual (de La Unió) o Daniel Ripoll, uno de los mayores productores locales.

Las variedades que están pisando fuerte últimamente en el campo ilicitano son la «Guara» y la «Atocha»; y de la que apenas queda el recuerdo es de la tradicional «Planeta». Coinciden también los expertos en señalar que la modernización de la maquinaria y las técnicas de trabajo es la clave de la rentabilidad, aunque hay que saber amortizar la inversión.

Mil pesetas

En 1986 se vieron los mejores precios, con mil pesetas por kilo en grano y casi 250 pesetas con cáscara, según recuerda Valero. Son los mismos precios que hoy, pero 27 años antes. A partir de entonces el precio comenzó a bajar, creció la importación, llegó la sequía en los 90 y el abandono del campo por parte de los jóvenes... Todos los factores contribuyeron a la pérdida de muchas hectáreas de almendros, y ahora estos precios son mejores que el año pasado pero no son suficiente.

Elche ha perdido recientemente un 25% de la superficie destinada a almendros, pasando de 911 hectáreas en 2007 a 671 al cierre de 2011 (con más de mil para la granada y más de 700 para la naranja dulce). Echando la vista atrás aún es más llamativo, pues de cubrir el 65% del terreno de cultivo ilicitano en los años 60 y 70, se ha pasado a poco más del 9% actualmente. De entre cinco y seis millones de kilos que se producían en aquella época del almendras con cáscara, en los últimos años la cifra es de uno o 1,3 millones (una bajada del 80%).