El cortometraje es una mezcla de humor negro y comedia, ¿cómo se le ocurrió este enfoque?

Llevaba muchos años queriendo escribir sobre la Navidad, cuando se me ocurrió la anécdota del abuelo fue lo que buscaba. Me gusta jugar con la contradicción, haciendo cómplice al espectador. Y con la anécdota del abuelo conseguí que el público fuera cómplice de esa mentira piadosa que muchas veces protege la familia y que te lleva a cuidar y a proteger al otro.

«Ojos que no ven» ha recibido, multitud de premios, ?qué significa para recibir este galardón?

Es un reconocimiento al trabajo, te renueva la ilusión y eso es muy importante. Con tanto enemigo de la cultura este tipo de recompenas son muy relevantes.

Además de directora, tambiéne es actriz y guinista, ¿con cuál se quedaría?

No puedo elegir. Cada faceta nutre mi trabajo. De ser escritora me gusta la soledad y de ser actriz ser la herramienta de los directores.

De cara al futuro, ¿qué proyectos se plantea?

Dirijo mi primera película,«313 invitados», que es una comedia coral que gira entorno a una despedida de soltera con amigos. Como actriz estoy esperando a que salga alguna oferta de trabajo.