La Policía Autonómica detuvo ayer a tres miembros de una familia por almacenar hasta 330 kilos de caracoles «en condiciones deplorables», acusados de un delito contra la salud pública, por la manipulación y distribución de caracoles silvestres de la especia Hélix Aspersa.

Durante el registro, los agentes encontraron varias mallas de caracoles en el suelo «sin ningún tipo de refrigeración ni cuidado», así como suciedad en los utensilios utilizados para su manipulación y en las paredes de las estancias donde eran almacenados. Además, también se incautaron numerosas bolsas en el interior del maletero de un coche estacionado a pleno sol.

Al parecer, los detenidos compraban grandes cantidades de caracoles a bajo coste recolectados por terceras personas para venderlos a empresas mayoristas de Murcia y Albacete, según fuentes de la Generalitat. A pesar de carecer de documentación y permisos necesarios para ejercer esta actividad, la detención se produjo por no adoptar las medidas higiénico-sanitarias oportunas para el tratamiento y manipulación de estos moluscos, pues según varias directivas de la Comunidad Europea, son animales vivos y de al en la cadena alimentaria humana.

La Policía también incautó una balanza profesional digital de grandes dimensiones, una bobina de malla de plástico para el embolsado, diversos utensilios para la manipulación y libretas con anotaciones con nombres de clientes y cifras del negocio. Un técnico forestal de la Consellería de Medio Ambiente trasladó a los animales a viveros forestales de Alicante.