Antes de iniciar la gala, Alfonso Rodríguez, director de la Obra Social Caja Mediterráneo, invitó a los asistentes a sumarse a «un mensaje de afecto y apoyo a las víctimas del accidente de Santiago y a sus familiares». Fue un minuto de silencio y emociones contenidas. La inmensa pantalla de la improvisada sala de verano estuvo en blanco. Después, el cine fue el protagonista.