Los vecinos de San Antón tienen la sensación de sentirse abandonados, o al menos eso es lo que dicen. Y es que, a la reivindicación ya histórica de que se inicien las obras de construcción de los primeros bloques de viviendas y que el proyecto tenga continuidad en el tiempo, se suman otras quejas que, en esta ocasión, tienen como protagonistas en muchos casos a los más veteranos del barrio.

«Lo de las casas ya no nos lo creemos. Fíjate, día sí y día también caen cascotes de los balcones, y ha habido problemas con las ayudas a los apuntalamientos», afirma una vecina del barrio señalando a lo alto de un edificio. Otra mujer, además, añade que en estos momentos está habiendo muchas críticas por lo lejos que se ha llevado el centro social, que, en un primer momento, cuando se derribó el edificio original por las obras, se desplazó al colegio Carlos III para acabar en el Hort del Cabolo.

«Ahora está muy lejos el centro social, y en invierno se hace de noche muy pronto y hace frío, y no van; y en verano hace mucho calor, y tampoco van. Los pobres ya no tienen donde estar para poder pasar el rato y jugarse la partida», comenta una de las residentes.

También se quejan de las plagas de cucarachas, algo que atribuyen a que la falta de tratamientos contra este tipo de bichos, y lamentan que se hayan trasladado las paradas del autobús que va a Santa Pola, por ejemplo, y que muchas veces, como va lleno, ni siquiera lo puedan coger a la altura del Hospital General.

Finalmente, demandan más presencia policial, sobre todo en los parques y especialmente cuando cae la noche. «A veces hay muchos trapicheos y peleas y da miedo pasar por ahí, pero cuando llegan las nueve de la noche por aquí ya no se ve Policía», afirma una mujer.