Empresarios ilicitanos serán los encargados de sufragar junto al Ayuntamiento los 50.000 euros que costará el cambio de denominación del aeropuerto para que pase a llamarse de Alicante-Elche, tal y como confirmó ayer la alcaldesa, Mercedes Alonso, quien sentenció que "el precio es lo de menos y es irrisorio en comparación con lo que va a aportar a la ciudad".

Desde el equipo de gobierno ya habían anunciado desde hace semanas que la idea era recurrir a la inversión privada para financiar esta iniciativa e incluso ya han comenzado a mover ficha para conseguir aportaciones, hasta el punto de que, según confirmaron fuentes municipales, parece que en una comida que se celebró ayer con la nueva junta de gobierno de la Entidad Urbanística de Conservación (EUC) de Elche Parque Empresarial se "recordó" que estaba abierta esta vía. Sin embargo, desde el entorno próximo a la regidora ilicitana incidieron por activa y por pasiva en que en ningún caso se trata de una "cuestación popular" ni se ha pedido dinero de forma directa a las empresas, sino que sólo se les ha informado de que existe esta posibilidad a través de la fórmula de la donación.

De momento, Alonso se limitó a decir que "afortunadamente, ya hay empresas que han dicho que van a ingresar cantidades para colaborar con el cambio de nombre" y citó expresamente el caso de la universidad privada CEU Cardenal Herrera, que, según dijo, ya se ha mostrado favorable a colaborar.

La alcaldesa incidió en que "tenemos un sector empresarial y organizaciones muy potentes en la ciudad de Elche que crean empleo, y que también son solidarias y contribuyen con las cosas que benefician a su ciudad". En esta línea, afirmó que "la iniciativa público-privada está hoy en día en todos los sitios, así es como marchan las cosas y como se pueden hacer cosas importantes que redundan en beneficio de las ciudades y las personas". Para ello, citó como ejemplos el proyecto del nuevo Mercado Central, y el complejo deportivo y el centro educativo de gestión privada proyectados. De hecho, el propio conseller de Economía, Máximo Buch, que ayer visitó Elche, corroboró estas hipótesis y puntualizó que "con la colaboración público-privada estoy seguro de que conseguiremos los 50.000 euros para que el cambio de nombre sea una realidad", aunque tiró balones fuera para no admitir de forma explícita una posible aportación económica de la Generalitat Valenciana.

Alonso apoyó la solicitud del cambio de nombre del aeropuerto en la promoción turística de Elche: "Sabemos que la situación económica es la que es, pero se va a hacer mucha publicidad gratuita del nombre de nuestra ciudad en todo el mundo", subrayó. Además, recurrió de nuevo al discurso de la herencia recibida, habló literalmente de los "pufos" que dejaron los socialistas, y volvió a utilizar el calificativo de "irrisorio" al hablar de los 50.000 euros que costará la iniciativa frente a los 200.000 euros que, según comentó, se destinaron a la campaña "Me encanta Elche", protagonizada por la actriz ilicitana Carolina Cerezuela, ó los 500.000 euros del Plan Vegara.