El mar ha engullido hasta diez metros de playa en algunas zonas del litoral ilicitano como consecuencia del temporal de lluvia y viento de los últimos días, hasta el punto de que en El Pinet el agua llega hasta las edificaciones y en La Marina alcanza a los juegos infantiles o a los postes en los que se colocan las redes de voleibol. Sin embargo, en este particular "banquete" el mar también ha escupido balizas, algas y restos de envases de plástico que algunos con pocos escrúpulos un día lanzaron y que ahora el agua ha devuelto con toda su fuerza al lugar desde el que salieron.

Los turistas pasean por la playa sin prestar mucha atención a la estampa, pero los oriundos del lugar no pueden evitar pararse un instante a contemplar la escena, aunque, eso sí, conscientes de que, afortunadamente, en esta ocasión los estragos han sido menores que en otras ocasiones y que, además, todavía faltan algunas semanas para el puente de San José y para la campaña de Semana Santa. "Menos mal que hace un tiempo se pusieron piedras junto a las edificaciones, porque sino el agua hubiera llegado hasta dentro", explica uno de los vecinos frente a la playa de El Pinet.

La mejor cara del temporal, sin embargo, se localiza más al interior del término municipal ilicitano y, concretamente, en el Pantano, donde el salto de agua que se recuperó hace un tiempo lleva estos días más caudal y esboza un fotograma ante el que tampoco se pueden resistir senderistas y deportistas que frecuentan la zona. Paralelamente, la Acequia Mayor del Pantano poco a poco comienza a "ganar" agua después de que, con las lluvias, se regulara el paso de los recursos hídricos y se derivara agua hacia el cauce del río Vinalopó o hacia otras acequias de riego para evitar roturas y la acumulación de lodos en la infraestructura, según confirmaron ayer fuentes municipales.