Cualquiera que no conozca el polígono industrial de Carrús de Elche y se dé un paseo por primera vez, se encontrará con un enclave de numerosos contrastes. Desde zonas con un aspecto más moderno, con Leroy Merlin, Makro y McDonald's recién levantados a la cabeza, a otros donde parece un absoluto páramo y casi un viaje atrás en el tiempo; con coches de alta gama pilotados por ciudadanos chinos que se han hecho con más del 30% de las naves, hasta inmigrantes africanos esperando a las puertas de las empresas para poder descargar cualquier tipo de género; con una actividad comercial que se mantiene y tocada, como no puede ser de otro modo por la actual crisis, y al tiempo oteando un horizonte difuso si se compara con otros polígonos del municipio más exultantes como podría ser el de Elche Parque Empresarial en Torrellano.

Precisamente, el olvido, el descuido, el abandono desde hace décadas de esta zona industrial, fundamental para entender el crecimiento económico de los años 70, 80 y 90 de la ciudad, es lo que han denunciado abiertamente esta semana los industriales aquí sentados.

Sus quejas se centran en que apenas se han realizado inversiones municipales en sus cerca de 40 años de historia, una madurez que carece de la consideración que debería tener por parte del Ayuntamiento, a juicio de los industriales de la zona. Las críticas, según la recién creada asociación Empresarios del Polígono de Carrús (EPOCA), no son pocas y van dirigidas sobre todo al anterior ejecutivo socialista. Ahora piden al actual gobierno municipal del PP que actúe y lo haga de manera inmediata.

Juan Antonio, un empleado de una empresa de cristalería ubicada en la calle Brea, coincide con algunas de las denuncias: "Para arreglar lo que es asfalto o aceras, por aquí no viene nadie. Últimamente los que sí vienen son los de la limpieza viaria", señala este trabajador en el interior de una nave en funcionamiento desde hace tres lustros.

A su juicio, otro de los grandes problemas de polígono es la más que evidente falta de aparcamiento. De hecho, estacionar "correctamente" se torna complicado en casi cualquier punto del polígono. Los coches, furgonetas y camiones de empleados y clientes tapan prácticamente todos los huecos y lo normal es ocupar un vado, un acceso privado a la nave o dejar el vehículo en doble fila.

En la calle Orito, Marcelo, recepcionista en una empresa de transportes, observa todos los días el solar de enfrente, ayer embarrado, donde las malas hierbas crecen y los coches lo emplean como zona de parking. "Yo lo que he notado es que cambiaron las luces (en referencia a la iluminación pública) para ahorrar energía y se ve que tienen menos potencia, porque durante la noche está menos alumbrado", afirma, al tiempo que subraya que el polígono permanece "igual", sin modificación alguna en lustros.

El cartero que reparte en el polígono Carrús desde el año 1996 ya está acostumbrado. "Yo me guío por las empresas porque las calles que ponen el Ayuntamiento e Iberdrola por ejemplo no coinciden", indica a la vez que llama la atención de que haya pocos números de domicilio identificativos.

Muchas carencias

Ascensión, en otro punto del polígono y desde una firma avícola, explica que en su calle, por ejemplo, hay dos números 16. "Hay confusión de calles", declara, mientras que junto a ella, mientras descarga, Antonio opina que el polígono "está hecho de aquella manera. No han asfaltado nunca". Lamenta también que el tránsito sea anárquico, una cuestión que le afecta a su negocio porque cuando él aparca en su propiedad la furgoneta para descargar, en ocasiones impide el paso para que otros puedan circular. De igual modo, muchos camiones se ven obligados a cortar el tráfico cuando hacen maniobras para poder acceder a las naves. En opinión de ascensión, estamos ante un "polígono tercermundista".

Desde la calle Almansa, Tomás, empleado en un almacén de calzado, critica la delincuencia: "Pinchan ruedas, golpean por detrás en el coche para que salgas y te roben el bolso, pasan de una nave a otra para entrar...", afirma este trabajador quien, por otro lado, revela que son precisamente los empresarios chinos a los que más asaltan curiosamente. "No quieren mercancía, buscan dinero, y si no lo hay te hacen destrozo", añade.

Aunque en algunas zonas el polígono se encuentra normalizado, es cierto que en otros puntos reclama a gritos un lavado de imagen, algo en lo que coinciden todos los consultados ayer en este enclave, donde el volumen de trabajo ha descendido, necesita una renovación del firme y de las aceras cuanto menos y, a petición de los empresarios, mayor presencia policial.

Si se consiguieran estas demandas históricas consideran los empresarios que se daría una imagen renovada y contribuiría a atraer nuevas firmas, puesto que una de sus principales ventajas es que este sector está integrado perfectamente en el casco urbano y bien comunicado con la autovía, además de haber sido durante años el polígono de referencia en Elche, un valor que entienden hay que seguir mimando.

Convivencia pacífica con la comunidad china

El polígono industrial de Carrús ha sido más noticia en los últimos años por hechos lamentables que por su crecimiento y expansión. En septiembre de 2004 se produjo la quema de varias naves chinas, lo que llevó a juicio a 28 personas. Los incidentes se produjeron durante una protesta no autorizada en la que los participantes protestaron por la implantación de almacenes asiáticos dedicados a la venta de calzado al por mayor. La chispa, al parecer, fue el malestar existente entre los trabajadores del calzado ilicitano que comprobaron que muchas de sus empresas habían cerrado, al tiempo que proliferaban los negocios de venta de calzado chino. En aquel entonces se consideraba netamente como una competencia desleal para el sector al vender sus productos a bajo coste.En la actualidad, los empresarios aseguran que la convivencia con la comunidad china está normalizada e incluso buscan que se integren en su asociación. El polígono acoge cerca de 400 naves, almacenes y talleres.