Cualquier excusa es buena para reivindicar una causa justa. De ahí que unas mil personas se dieran cita ayer en el evento que organizó la Asociación de Mujeres Vecinales contra la violencia de género en las pedanías de Daimés y Derramador.

El colectivo organizó dos pruebas deportivas bajo el título "Mil camins y una meta: luchar contra la violencia de género". La actividad consistió en una carrea de diez kilómetros en la que participaron unos 500 corredores, y una marcha a pie con unos 200 participantes. Un buen número de personas que acudieron al evento acompañados de amigos y familiares que contribuyeron a que ayer se viviese en el Camp d'Elx una gran fiesta contra la violencia de género.

Tanto los corredores como las personas que participaron en la marcha a pie disfrutaron del paisaje más característico del campo ilicitano pasando por campos de granados y naranjos, huertos de palmeras e incluso por la orilla del río Vinalopó.

Tras las pruebas deportivas llegó el turno de reponer fuerzas con un almuerzo de convivencia a base de coca y productos típicos de la zona como dátiles o zumo de granada, que se repartieron entre los asistentes. Los más pequeños también tuvieron su lugar en esta jornada contra la violencia de género y pudieron disfrutar de un castillo hinchable, un futbolín gigante o pintándose las caras de colores.

Desde la Asociación de Mujeres Vecinales, María Antón, aseguró que "la respuesta ha sido tan grande que tenemos la moral por las nubes, y con ganas de seguir organizando este tipo de actividades ya que es muy importante que la sociedad se conciencie contra la violencia de género".