Los responsables del servicio de Medicina Nuclear del Hospital del Vinalopó califican de muy vanguardista el equipo tecnológico con el que ya han atendido a casi seis mil pacientes desde su puesta en marcha hace año y medio. "Contamos con dos equipos fundamentales para nuestro trabajo, la denominada gammacámara y el PET-TAC, que es la auténtica joya de la corona", reconoció Pedro González Cabezas, el responsable de un equipo compuesto por tres médicos, un enfermero, dos técnicos y dos administrativos.

En estos momentos, el proyecto más importante del servicio pasa por la interrelación entre el equipo de Medicina Nuclear para que, con las pruebas que se efectúan en el PET-TAC, se puedan planificar los tratamientos que se administran en el área de Radioterapia. "Gracias a las imágenes de alta resolución que nosotros obtenemos con nuestros equipos, los oncólogos radioterápicos pueden afinar sus procedimientos y tratar la zona que realmente está afectada. Esta posibilidad sólo puede ser llevada a cabo con un equipo de las características del que disponemos en el hospital", manifestó González Cabezas, quien añadió que esta tecnología no sólo está al servicio de los pacientes de Vinalopó Salud, sino de otros departamentos de la provincia.

Otro de los programas que el servicio de Medicina Nuclear pretende llevar a cabo en los próximos meses es la aplicación de la denominada terapia metabólica para el tratamiento de cáncer de tiroides. "Habitualmente a estos pacientes se les administra yodo en altas dosis por lo que hay que hospitalizarlos para controlar los elevados niveles de radiación. En la actualidad estamos aplicándola de modo ambulatorio para procesos benignos, pero el objetivo es ampliar la patología en este campo", indicó el jefe de Medicina Nuclear, quien confesó que de cara al futuro pretende incorporar el empleo de nuevos fármacos "que nos situarían a la vanguardia de la Medicina". Lo que sí se aplica en el servicio es la terapia metabólica para el tratamiento con sustancias radioactivas para la patología de rodilla o el dolor metastásico óseo y la cirugía radioguiada que sirve para ver si hay afectaciones de la axila en los casos de cáncer de mama.

Hasta la fecha, el servicio de Medicina Nuclear ha tratado a tres mil pacientes con su "gammacámara", un equipo básico en la especialidad que dispone de un detector de radiación para obtener imágenes que habitualmente se emplean en los rastreos óseos o renales y en las alteraciones tiroideas. "Lo que hacemos es inyectar un radiofármaco que emite una radiación que se dirige al órgano que hay que estudiar y que nos ofrece una imagen funcional".

Por su parte, el PET-TAC suele emplearse en pacientes oncológicos o que presentan trastornos neurológicos y del que ya se han beneficiado 2.800 pacientes. "La ventaja del equipo es que el PET nos ofrece una imagen de tipo funcional y el TAC facilita una visión estructural. La combinación de las dos pruebas aumenta la efectividad del diagnóstico y en el caso de la tomografía por emisión de potrones, además puede permitir realizar diagnósticos previos y precoces en enfermedades como el alzheimer", indicó González Cabezas, quien destacó que éste es el único equipo de estas características que hay en un hospital público en la provincia.