La Audiencia Provincial con sede en Elche celebra desde ayer y hasta el jueves, una vista donde se juzgará a los miembros de una red de tráfico de drogas que tenía su base de operaciones en San Miguel de Salinas a donde llegaba hachís procedente de Marruecos y otras sustancias estupefacientes como cocaína para su puesta a la venta en el mercado en diferentes puntos de la comunidad. La operación se saldó con ocho detenidos en San Miguel de Salinas y en Carlet (Valencia). Los hechos tuvieron lugar en marzo de 2000.

El fiscal en sus conclusiones provisionales imputa a todos los implicados delitos contra la salud pública en grados diferentes y pide para ellos unas penas que oscilan, según su implicación en los hechos, entre dos y 13 años de prisión.

Los hechos que se están juzgando desde ayer tuvieron lugar en marzo de 2000 cuando los agentes policiales que realizaban un seguimiento a integrantes del grupo en San Miguel de Salinas, intervinieron 998 gramos de cocaína que hubiese alcanzado en el mercado ilícito un precio aproximado de 144.000 euros.

Días después y continuando con la investigación, en la ciudad de Valencia tuvo lugar otra actuación policial contra el grupo de narcotraficantes donde se requisó dos kilos de hachís y fueron detenidas tres personas. Además de la droga fueron intervenidos importantes cantidades de dinero y diverso material para manipular las sustancias estupefacientes.

Violación

Por otro lado, un hombre se enfrenta a 12 años de prisión al estar acusado de los delitos de violación, agresión sexual y robo con violencia e intimidación por unos hechos que tuvieron lugar en mayo de 2001 en la avenida de las Cortes Valencianas de Torrevieja.

El imputado será enjuiciado hoy martes en la sección séptima de Audiencia Provincial.

Según la Fiscalía, el hombre se acercó el día de lo sucedido a una mujer que estaba ejerciendo la prostitución. Tras requerirle sus servicios, ambos se dirigieron a un solar situado a escasos metros de la avenida. Una vez en dicho lugar la mujer le pidió que le abonara 30 euros como retribución anticipada de los servicios que le iba a prestar, a lo que el acusado se negó, poniéndose muy agresivo cuando la mujer quiso abandonar el lugar.

Según la Fiscalía "con intención libidinosa y lasciva", y utilizando la fuerza física, la tiró a suelo donde la violó tras quitarle la ropa.

Una vez culminado el acto sexual, según las conclusiones de la Fiscalía, volvió a tirar a la mujer al suelo para abusar de ella de nuevo. En esos momentos apareció un vecino de la zona que estaba paseando a su perro, y al verle, la víctima gritó pidiendo ayuda mientras que el agresor se dio a la fuga no sin antes robarle el bolso a la mujer. Poco después fue detenido.