Un dicho asegura que la "muerte siempre esta presente" en la vida de toda persona. La expresión popular se confirmó ayer en la ciudad de Elche cuando un fontanero de 46 años de edad estuvo a punto de morir ahogado en la zanja donde trabajaba instalando tubos de la red municipal de agua potable.

Todo ocurrió de repente, aproximadamente a las 9 horas de la mañana. José Manuel Quinto Parres se encontraba dentro de una zanja abierta, de nos 10 metros de longitud, en la calle Francisco Pérez Campillo, en las obras de urbanización del barrio de San Antón previas para la construcción de las nuevas viviendas del IVVSA, junto con otros compañeros, realizando su trabajo habitual como empleado de la empresa Fonsán de instalaciones de fontanería general, subcontratada por la empresa mixta Aigües d'Elx.

En esos instantes, José Quinto procedía a la unión entre los tubos de 200 milímetros de grosor mediante tornillos y, como es normal, con la llave de paso de agua cerrada. Fue entonces cuando, por motivos que todavía se desconocen, comenzó a salir agua como si de un tsunami se tratara y con tal presión que provocó un movimiento de las tuberías de hierro fundido atrapando la mano izquierda del trabajador y arrojándole al fondo de agujero, donde quedó inmovilizado y sin posibilidad de escape.

Fueron sus propios compañeros los que intentaron en un primer momento rescatarlo entre momentos de gran tensión. La zanja la zanja se colmataba de agua a toda prisa y hacía peligrar la vida de obrero por ahogamiento. A los pocos minutos según relata el propio trabajador horas después y tras ser atendido en un centro sanitario, "el agua me llegaba ya a la barbilla y no podía hacer nada", subrayó desde la habitación del Hospital Imed de Elche donde se recuperaba en la tarde de ayer de las heridas y contusiones sufridas y después de pasar por quirófano.

"In extremis"

Al tiempo que sus compañeros le auxiliaban llegó un camión cisterna de Aquagest para extraer el agua de la zona y los bomberos del Parque de Elche se dirigían al barrio de San Antón para excarcelar al obrero.. Cuando el agua prácticamente cubría en su totalidad el cuerpo de José Quinto, una máquina retroexcavadora que trabajaba en las obras pudo, a pesar de la presión del agua, mover la llave de paso "dos o tres milímetros "y rebajar en parte el nivel que se depositaba en la zanja y mover los tubos. Fue entonces cuando pudo liberar su mano y ser rescatado de la zanja de poco más de un metro de profundidad.

Los bomberos no llegaron a actuar, ya que cuando iban de camino al barrio de San Antón se les comunicó que el accidentado ya había sido liberado por sus propios compañeros. En un primer momentos fue atendido por los médicos del SAMU en el lugar y a continuación trasladado hasta el Hospital Imed de Elche por una ambulancia del DYA en estado grave funcional, según se explicó desde el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) de la Generalitat.

Algunos de sus compañeros, todavía con el susto en el cuerpo, lloraban junto a la ambulancia que lo atendía momentos antes de ser evacuado.