La historia de Elche, concretamente la que hace referencia a sus tradiciones, vivió ayer un gran momento con la coronación canónica de la Virgen de los Dolores. El acto, cuya parte central se celebró en la Plaça de Baix, resultó multitudinario y emotivo, ya que los ilicitanos quisieron demostrar todo su cariño y fervor por la Maredéu de les Bombes, como también se la conoce de manera popular en la ciudad.

Así, la Virgen estuvo en todo momento arropada y acompañada por numerosos fieles desde su salida de El Salvador, aunque fue en la Plaça de Baix donde más se apreció la gran popularidad y devoción que genera esta imagen. Allí se celebraba también la parte más importante e intensa de la ceremonia, como fue el momento en que el obispo, Rafael Palmero, impuso la corona a la imagen.

Y es que este emotivo momento, no podía vivirse en otro espacio que no fuera frente al Ayuntamiento, por lo que la Virgen significa para los ilicitanos y por el hecho de ser patrona de la Corporación. Las 1.500 sillas dispuestas por la organización para los entes representativos de la ciudad, -cofradías de la Semana Santa, la Sociedad Venida de la Virgen y el Patronato del Misteri d'Elx- y para los ilicitanos, resultaron insuficientes para acoger a la gran multitud de asistentes que quisieron vivir de cerca este acontecimiento. Además, como invitados se encontraban los orfebres sevillanos que realizaron la corona, los hermanos Delgado López, representantes de las Dolorosas de Monóvar y Crevillent y la Hermandad Humildad y Paciencia de Alicante.

En su recorrido por las calles de la ciudad, el trono con la imagen de la Maredéu de les Bombes fue portado a hombros por siete cuadrillas de costaleros-una por cada dolor- de costaleros de las Hermandades y Cofradías de la Semana Santa ilicitana, como son la Virgen de los Dolores, Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Cristo de la Reconciliación y la Mater Desolata, el Cristo del Perdón, Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Estrella, la Lanzada y María Santísima de la Victoria.

El acto comenzó con la concentración de los participantes en la comitiva en la iglesia de El Salvador, de donde partió la Virgen con los sones del Himno nacional en dirección a la Plaça de Baix. Junto a ella, acompañándola, los cofrades de la Virgen de los Dolores, el clero de El Salvador y autoridades, con la corporación municipal.

A la llegada de la imagen a la Plaça de Baix se inició la misa, presidida por el obispo de la diócesis Orihuela Alicante, quien recordó que una de las normas en las que se basaba la coronación era el que se trataba de "una imagen de gran veneración", como quedó patente en ese momento, al tiempo que animó a que esta siguiera creciendo. "La devoción no puede llegar a un punto de estancamiento", apunto. Además, el obispo también tuvo palabras en recuerdo de los necesitados, los enfermos y todos aquellos que sufren, tanto "por un dolor del alma como del cuerpo". A lo largo de la misa, se contó con la intervención, en diferentes momentos, de la Jove Orquesta d'Elx, el coro de los Dolores, y los cantores de la Capella y la Escolanía del Misteri d'Elx.

Fue tras el ofertorio cuando tuvo lugar el momento más esperado, la coronación de la imagen. Previamente, el secretario de la Cofradía de la Virgen de los Dolores en su Soledad, Javier Varela, dio lectura al decreto de la coronación canónica y tras ello, el obispo colocó la corona sobre la Virgen de los Dolores. El público estalló en aplausos y desde los balcones de la Plaça de Baix y la azotea del Ayuntamiento comenzó a caer una lluvia de pétalos y oropel. Inmediatamente, siete salva de cohetes, uno por cada uno de los dolores de la Virgen, anunciaron al pueblo de Elche que uno de sus mayores símbolos, la Virgen de los Dolores, había sido coronada canónicamente.

Tras la ceremonia, se inició la Procesión de Gloria de la Maredéu de les Bombes, hasta la basílica de Santa María, donde se realizó un saludo a la Virgen de la Asunción. De hecho, por primera vez se encontraban frente a frente ambas imágenes, con el camerín de la Patrona descubierto, puesto que en Semana Santa, cuando la Dolorosa llega a la iglesia está cerrado. Allí, se entonó una salve en honor de las que pueden ser las dos mayores devociones marianas de los ilicitanos. La Maredéu de les Bombes salió de regreso a la parroquia de El Salvador, como es tradicional, por la puerta lateral, la del Órgano, que da al plaza del Congreso Eucarístico.