Javier Sánchez y el rumano, Costel Moldován, fueron las dos primeras personas en llegar a la parte inferior del puente de la autovía A-7 donde se produjo el siniestro ya que se encontraban trabajando en las cercanías. El primero asegura que tras oír el estruendo que produjo la rueda del camión al reventar y la colisión contra las vallas de protección "me temía lo peor ". El panorama que se encontró al llegar era de extrema emergencia. "La cabina del camión estaba ardiendo y dos personas allí sin saber qué hacer y gritando" explicó. "Era impresionante; del camión salían bolas de fuego y encima había dos personas atrapadas" apostilla Moldován.

Ante esta situación relatan ambos jóvenes, que instaban continuamente a los dos ocupantes del tráiler para que saltaran de la cabina a pesar de la altura en la cual se encontraban, alrededor de unos 12 metros del suelo.

"No sabía qué hacer; solo me salían gritos para que saltaran (las dos personas de la cabina ardiendo) porque se podían quemar, se podía producir alguna explosión que los matara o que el vehículo cayera al vacío con ellos dentro" asegura el joven rumano.

La primera en saltar fue la mujer con tan mala fortuna de caer encima de unos arbustos que estaban en llamas debido al material ardiendo del camión que se fue desprendiendo poco a poco. Fue entonces cuando Costel Moldován cogió a la accidentada del brazo y la sacó del fuego. Por fortuna, el joven solo se hizo unos pequeños rasguños. Al mismo tiempo, el conductor del camión todavía permanecía en la cabina colgado de una ventanilla hasta que decidió saltar. Los dos heridos, según señalan los testigos, en ningún momento perdieron el conocimiento. "Estaban bastante mal pero mejor de lo que en un principio había imaginado" subraya Javier Sánchez.