El litoral ilicitano empieza a registrar las imágenes típicas de cada verano con playas llenas de sombrillas y bañistas que disfrutan de sus aguas y su arena. Ayer fue uno de esos días donde, por ejemplo, muchos ciudadanos eligieron la playa de Arenales para pasar el día y disfrutar de las altas temperaturas bajo el sol y el agua.

Y lo quieren hacer, ese disfrute, con toda la tranquilidad sabiendo que no les va a pasar nada, y en caso de necesidad que van a tener a un profesional cerca para ayudarles. Y desde ayer, y hasta el próximo 16 de septiembre a diario, los ilicitanos y turistas pueden estar tranquilos porque las playas de Elche están vigiladas por unas 50 personas entre socorristas, patrones, coordinadores y conductores de ambulancia. Un dispositivo de personal al que se añade el material: cinco embarcaciones (todas motos de agua) más una lancha en reserva por si hiciera falta y dos ambulancias en las playas de Arenales y La Marina.

Hay instalados puestos de socorro en El Altet, Arenales, Arenales Sur, Carabassí, La Marina y El Rebollo. Los puntos accesibles para facilitar el baño a las personas con movilidad reducida se localizan en las playas de Arenales y La Marina.

De 11 de la mañana a 20 horas de la tarde de lunes a domingo el servicio de vigilancia y socorrismo estará funcionando. Desde la asociación DYA, encargada del salvamento en las playas, se apela a la prudencia del bañista para que haga caso de las recomendaciones de los socorristas y las indicaciones de las banderas. El portavoz de la entidad, Antonio Tarí, recordó que siguiendo unas simples indicaciones como "sentido común, evitar las horas centrales de calor, hidratarse y hacer caso a las banderas y socorristas evitaría muchos problemas". A todo esto se añaden otros servicios para el disfrute del bañista como zonas de hamacas y sombrillas, chiringuitos y kioskos así como dos zonas náuticas en Arenales y El Rebollo.

La jornada de ayer fue tranquila y solo hubo un traslado de un hombre inglés que estaba ebrio al Hospital General tras caer al suelo en un chiringuito de Arenales y hacerse una brecha en la cabeza.