Dos encapuchados atracaron anteayer domingo en dos horas la gasolinera de Matola y una panadería de Elche tras amenazar a los empleados de los dos establecimientos con un hacha y un machete hasta conseguir llevarse cerca de 1.500 euros de entre los dos establecimientos.

Los asaltantes entraron primero en la tienda de la Espiga de Oro ubicada en la calle Conrado del Campo sobre las 16 horas, cuando en ese momento se encontraban en el establecimiento varios dependientes y también clientes haciendo sus compras habituales, según indicaron fuentes cercanas al caso.

Los hombres con el rostro cubierto llegaron al local a bordo de un Citroën Saxo, que tenía la matrícula tapada, y amenazaron a los trabajadores del horno con un machete, al parecer utilizado normalmente para la poda de palmeras, y con un hacha; por lo que se vivieron momentos muy tensos entre las personas que se encontraban en el lugar de los hechos.

En esos instantes, los empleados aprovecharon un descuido de los delincuentes para llamar a la Policía, pero cuando los agentes se personaron en el establecimiento los asaltantes ya habían abandonado el local. Los ladrones se dieron a la fuga con un botín en metálico de entre 200 y 300 euros, según fuentes policiales.

Por otro lado, los dos encapuchados se trasladaron hasta la estación de servicio situada en la carretera de Matola donde cometieron su segundo atraco, según las mismas fuentes. En este sentido, sobre las 18.30 horas, los delincuentes llegaron a bordo del mismo vehículo y entraron a la gasolinera derrapando hasta detener el coche, según explicó uno de los encargados del negocio. Los atracadores llegaron también con los rostros ocultos, como en el suceso ocurrido con anterioridad, y volvieron a amenazar con las mismas armas a los dos empleados que estaban de servicio durante la jornada dominical.

Los encapuchados pidieron de forma violenta a los trabajadores que les entregaran las carteras con el dinero recaudado ese día, pero uno de los empleados se opuso y le plantó cara, según se apuntó desde la gasolinera. Como consencuencia de la resistencia, el empleado sufrió un pequeño corte en una de sus manos, ocasionado por una de las armas punzantes que portaban los delincuentes.

Finalmente, ante la actitud cada vez más violenta de los atracadores, los trabajadores acabaron entregándoles el dinero para evitar males mayores, según uno de los responsables de la estación de servicio, quién también señaló que los asaltantes se hicieron con un botín de entre 800 y 1.000 euros, y huyeron de nuevo. El mismo encargado de la gasolinera añadió que han sufrido unos ocho robos desde que está abierta y tras denunciar el caso a la Policía Nacional, reclamaron más vigilancia en la zona.

Según fuentes cercanas al caso, momentos después de los hechos se desplegó un dispositivo de búsqueda y captura por parte de la Policía Nacional y la colaboración de la Policía Local. A última hora de la tarde de ayer se continuaba con las labores de investigación para tratar de esclarecer los dos atracos ocurridos durante el domingo.