Un investigador de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche participa en un proyecto europeo para desarrollar herramientas que permitan mejorar la productividad de cultivos hortícolas en condiciones ambientales adversas.

En concreto, según ha explicado en un comunicado la UMH, esta investigación, titulada 'Rootopower', tiene como objetivo mejorar el sistema radicular del tomate para favorecer la captación de agua y de nutrientes, aumentar la tolerancia a la salinidad y dureza del suelo, y mejorar su mejor interacción con hongos y bacterias.

De esta forma, se incrementará la productividad del cultivo sin que crezca "la demanda de recursos hídricos y fertilizantes".

La novedad que plantean es que, mediante la aplicación de los resultados obtenidos, "se podrán generar variedades de portainjertos (raíces) que mejoren el comportamiento de cultivos como, el citado tomate, el melón, el pimiento o la berenjena", según las citadas fuentes.

En dicho proyecto participan, además del investigador de la UMH José Manuel Pérez, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y otras universidades y empresas de España, Holanda, Bélgica, Turquía, Reino Unido y Alemania.

Los países participantes en este proyecto -España, Holanda y Turquía- son los mayores productores europeos de tomate, por lo que los resultados que se obtengan de dicho estudio potenciarán "la sostenibilidad y la competitividad de su agricultura".

Para la UMH, "la clave del proyecto es hacer uso de la variabilidad natural que existe en las especies de tomate silvestre que están adaptadas a vivir en condiciones adversas", y, de este modo, "transferir dicha tolerancia a las variedades comerciales de una forma directa a través de las raíces mediante su uso como portainjertos".

Al respecto, el investigador de la UMH ha explicado que el sistema de experimentación que se ha escogido "es la planta de tomate injertada sobre raíces procedentes de una amplia diversidad genética disponible en especies silvestres afines".

El tomate, ha continuado, es el cultivo hortícola "de mayor producción a nivel mundial y su genoma ha sido secuenciado", un hecho que "facilitará la obtención de resultados positivos" y su aplicación a otras plantaciones.

Pérez ha resaltado "la importancia" que tendrán dichos estudios en "la agricultura del sureste español" y ha señalado que las empresas de producción de tomate "dependen de variedades importadas".

Por tanto, según ha continuado, las herramientas que se desarrollen en este proyecto "pueden facilitar que los productores obtengan nuevas variedades y portainjertos más resistentes a las condiciones locales".

Los investigadores participantes en 'Rootopower' estiman que el proceso de mejora de las variedades mediante cruzamientos, que tarda unos 10 años en tomate, "podría acortarse a entre 5 y 7 años".

'Rootopower' es un proyecto de colaboración, coordinado por el investigador del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) Francisco Pérez Alfocea y financiado con tres millones de euros del VII Programa Marco de la Unión Europea.