La falta de liquidez de la Generalitat Valenciana ha hecho que, en estos momentos, la continuidad de las obras de urbanización de la primera fase del barrio de San Antón penda de un hilo. Desde la empresa encargada de la ejecución del proyecto -la Unión Temporal de Empresas (UTE) Becsa Sau-Tomás García Transportes y Excavaciones SL-, aseguraban ayer por la tarde que, desde que comenzaron las obras en el mes de julio, no han cobrado ninguna de las seis certificaciones presentadas, por lo que detallaron que la deuda asciende en estos momentos a unos 500.000 euros. Así las cosas, explicaron que la sociedad ya ha comenzado a estudiar la posibilidad de paralizar los trabajos al final de la próxima semana si se prolonga esta situación, aunque reconocieron que los responsables de la mercantil ya han iniciado las conversaciones con la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente con el fin de evitar este desenlace.

Fuentes de la mercantil señalaron que, de media, durante este tiempo han estado trabajando unos 20 empleados. No obstante, alertaron de que, "si paramos las obras, muchos se tendrán que ir a la calle". En este sentido, precisaron que "los trabajadores -algunos incluso vecinos del barrio- saben que lo estamos pasando mal y, si no podemos pagar, no podemos continuar con las obras y que no cobren, y lo mismo sucede con nuestros proveedores".

Los operarios seguían ayer por la tarde con los trabajos, que en la actualidad se centran en el movimiento de tierras y en la instalación de servicios, y que se encuentran más avanzados en el lugar que, hasta hace unos meses, ocupaba el centro social del barrio de San Antón. Sin embargo, por lo que pueda suceder de cara al final de la próxima semana, las tareas se concentraban en la instalación de las canalizaciones pendientes y en el cerramiento de las zanjas para que si, llegado el caso, se llegaran a parar las obras, se minimicen al máximo los riesgos para los vecinos, según comentaron desde la empresa.

Por su parte, el concejal de Barrios, Daniel Rubio, afirmó que "no tenemos constancia de que la Generalitat no haya pagado las certificaciones y tampoco que se esté estudiando la posibilidad de parar las obras". En cualquier caso, puso el acento en que "el proyecto va a seguir adelante porque ése es el compromiso que tenemos con los vecinos, y vamos a trabajar por todos los medios para que así sea". Además, concretó que "acabamos de sacar las bases de la convocatoria para las ayudas para el apuntalamiento y, en breve, se revisarán las solicitudes para conceder esas subvenciones".

En función de la "disponibilidad"

La urbanización de la primera fase de San Antón, con un presupuesto de 3.086.643,48 euros, arrancó de forma oficial en julio, con el acto de la primera piedra. Sin embargo, el pasado mes de noviembre, durante una visita a la ciudad, la consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Isabel Bonig, aunque aseguraba que la rehabilitación de San Antón era una "prioridad", supeditaba el proyecto a la "disponibilidad económica", en unas declaraciones que causaron mucho malestar entre los vecinos.