Los embalses del Parque Natural de El Hondo han visto el primer paso que permitirá su recuperación tras los problemas en la conducción y la gestión del agua y los agravantes de la salinidad.

Ayer arrancaron las obras para la construcción de un desagüe en el embalse de Poniente, que tiene como objetivo permitir el arrastre y la eliminación de las aguas de El Hondo cuando no tengan la calidad adecuada. Un proyecto fruto del convenio que se firmó el pasado mes de mayo entre la Comunidad de Riegos de Levante y la Conselleria de Agricultura y de Agua.

Esta reivindicación, según Ángel Urbina, portavoz de la Comunidad de Riegos de Levante, es perseguida desde hace dos décadas por la necesidad de eliminar los residuos que han acabado deteriorando las lagunas y ha llegado a acabar con la vida de los peces y aves.

De esta manera, una tubería de 200 metros de largo y de un metro de diámetro permitirá conectar el embalse de Poniente y el de Levante y utilizar el azarbe del convenio, propiedad de la Comunidad de Regantes de San Felipe Neri, para poder desaguar el agua en la desembocadura del río Segura.

Según Urbina, está previsto que las obras se desarrollen en un plazo de dos meses aproximadamente. "Si todo marcha bien, en primavera podremos iniciar el lavado de sales del embalse de Levante, después se pretende diluir y transportar los sedimentos acumulados en el suelo hasta el embalse de Poniente, donde posteriormente se realizará esta misma operación y así se vertirían los residuos por el desagüe hasta el mar", explicó Ángel Urbina.

Con ello, este primer paso para la regeneración ha sido aplaudido por la Comunidad de Riegos de Levante, debido al mal estado de los dos embalses con una extensión de 1.100 hectáreas. Y es que desde hace veinte años estas superficies de agua no habían contado con una limpieza. "Hace dos décadas los residuos se tuvieron que apartar hacia los lados de las charcas, porque no contábamos con esta infraestructura. Estas obras suponen poder gestionar de una manera lógica El Hondo, ya que estos embalses son los únicos de toda la Comunidad Valenciana que no contaban hasta ahora con un desagüe para soltar la sal", apuntó Urbina.

En este periodo, una excavadora se encargará de preparar el terreno para instalar la tubería. Posteriormente, se colocarán las arquetas con válvulas para controlar la entrada y salida del agua. Una vez acabadas las obras, se podrá realizar el lavado de sal tan esperado.