El centro comercial L'Aljub acoge desde ayer por la tarde la exposición "Un paseo por la historia del calzado en Elche". Se trata de una muestra que repasa la trayectoria de esta industria desde 1880 hasta la década de los 60.

La muestra, que permanecerá expuesta en la plaza central del centro comercial hasta 15 de octubre, nace al calor de tres de las entidades que más firmemente han apoyado la cultura y tradición de la ciudad durante los últimos años: el Museo de Pusol, TARSA y el propio centro comercial, y además ha contado con la colaboración y apoyo de la concejalía de Cultura.

El director de L'Aljub, Florentino Fernández, reconoció ayer que llevaban varios años detrás de este proyecto y puso de relieve la vertiente educativa y docente que ofrece esta iniciativa. Una posibilidad que pretenden "explotar" organizando visitas para varios colegios de la comarca.

La totalidad de las piezas, herramientas y objetos que componen la colección, y que además son originales, han sido cedidas por el Museo de Pusol, cuyo director, Fernando García, se mostró encantado con el resultado de este "proyecto educativo" y con que se haya podido "rescatar" una parte tan importante de la historia de Elche, "para proyectarla de nuevo a la sociedad", apuntó durante el acto de presentación.

El hilo argumental de la muestra, que está dividida en cuatro partes ("Materia prima", "La preindustria", "Industria y pequeña empresa" y "Comercio y venta"), corresponde a la cadena de montaje artesanal que daba origen al zapato. Desde la materia prima, que solía ser el cáñamo, hasta la comercialización y venta del producto finalizado, pasando por las distinas etapas de fabricación y los profesionales que las hacían posibles. La muestra culmina con el "boom" que experimentó la profesión a partir de los años sesenta, que se tradujo en un importante incremento de la actividad comercial y de la población.

Junto al calzado, la exposición muestra cómo la ciudad y sus habitantes evolucionaron y crecieron a medida que también lo hacían las técnicas del oficio.

Una relación simbiótica, entre zapato y ciudad, alimentada por oficios como el de "costurer" "filaor", "tallador" o "entachaor", que han ido desapareciendo, y sin los cuales sería imposible concebir el Elche actual.