Después de permanecer más de dos décadas arramblada en dependencias municipales, una surtida colección de muebles de distintas épocas, que fue atesorada durante años por el coleccionista Antonio Pascual Ferrández, será restaurada y expuesta en el hall del Gran Teatro.

La iniciativa, llevada a cabo por el Ayuntamiento, comenzó después de que el concejal de Cultura, Pablo Ruz, se preguntara, hace apenas dos semanas, por la suerte que había corrido este mobiliario. Nadie supo contestarle de manera satisfactoria y decidió reconstruir, paso a paso, el recorrido de estos muebles.

Según explica el propio Ruz, las piezas permanecieron en la casa de Ferrández hasta que, tras su muerte, ésta pasó a ser propiedad del Ayuntamiento, hace más de veinte años. Cuando el inmueble se convirtió en el escuela la colección aguantó allí algunos años más y después pasó a formar parte del antiguo museo arqueológico, en el Palacio de Altamira. Después de que en el museo comenzase a faltar espacio, los muebles fueron abandonados entre una nave del polígono del Carrús y las antiguas escuelas de El Altet, donde han permanecido hasta ahora. "Llevan cerca de veinte años en el más puro ostracismo sin que nadie hiciera nada, hasta que conocimos su situación", señaló el concejal de Cultura, Pablo Ruz. "Las vamos a reparar y, en cuanto estén listas, las colocaremos en el hall del Gran Teatro".

El proceso de puesta a punto arrancará esta semana y correrá a cargo de la técnica municipal. "Es por eso que la reparación será a coste cero, ya que la restauradora es una trabajadora del Ayuntamiento, está en nómina, y no vamos a encargárselo a ningún especialista de fuera o de alguna empresa privada", explicó el responsable de Cultura, quien aún no sabe cuánto durará el proceso rehabilitación ya que muchas de las piezas (no sólo los espejos, sino también sillones, mesas, escritorios) presentan un estado deplorable. El proceso, en todo caso, estará supeditado al examen que acometerá la reparadora en los próximos días.

Se trata de una surtida colección de muebles de época que alberga distintas piezas como consolas del siglo XVIII, cómodas, sillería neobarroca, damascos, veladores, mesas de salón, vitrinas, y una serie de cornucopias cuyos marcos, definidos en madera tallada y bañados en pan de oro, están remachadas por multitud de arabescos.

Con este proceso de recuperación y exhibición de todo el material se pretende rescatar y reivindicar unos retazos de la historia de Elche en forma de mobiliario, para acentuar el "cariz elegante del zaguán del Gran Teatro" explicó el edil popular. "Queremos acercarnos a la imagen de sala decimonónica".

De esta manera, los muebles pondrán fin a un periplo quizá demasiado denigrante teniendo en cuenta su valor cultural y artístico, ocupando, por fin, el lugar que les corresponde.