A poco menos de 100 días desde la toma de posesión, ¿qué sensaciones quedan?

De mucho trabajo, de relación directa con la ciudadanía, de proximidad y de intentar solucionar muchas de las cosas que nos hemos encontrado, algunas que se podían solucionar y otras que nos han dejado un sabor amargo, como el tema de Las Clarisas, en el que no se ha podido recuperar el dinero.

Tres meses después, ¿se puede decir que el Ayuntamiento ya está a pleno rendimiento?

El equipo de gobierno está trabajando muy duro, pero el Ayuntamiento todavía no está al cien por cien. Es una maquinaria que hay que engrasar, cuidar, mimar y reorganizar. Son muchos funcionarios, unos 1.700, y nos hemos encontrado con algunas infraestructuras que creemos que no deberían existir. Por otro lado, la Administración debe ser más ágil, rápida, resolutiva, amiga del ciudadano y eso no se cambia de un plumazo. También estamos trabajando austeramente, porque hay que apretarse el cinturón, y desde el equipo de gobierno lo estamos haciendo con las medidas que estamos adoptando. Ahora, lo que sí tenemos claro es que hay que apoyar a las clases más débiles y ahí no se puede recortar un céntimo.

¿Cuáles son las acciones que, de forma más inmediata, pondrá en marcha el equipo de gobierno en este nuevo curso político?

El Plan de Impulso de la Economía Ilicitana es una apuesta importante y lo llevaremos al Pleno de octubre. También estamos trabajando en un importante plan de turismo, porque tenemos atractivos suficientes para ser un destino turístico preferente. Tenemos que vender una marca de ciudad, y en ese campo no hay nada hecho. También tenemos que seguir apostando por la austeridad. Para hacer las cosas no es necesario crear infraestructuras como el Instituto Municipal de Cultura o la Fundació de l'Esport Il·licità, porque sólo en el mantenimiento se nos va mucho dinero. Los ciudadanos piden austeridad y eliminar tantos organismos autónomos, porque el dinero sale del bolsillo de los ciudadanos. De hecho, uno de nuestros objetivos es no subir los impuestos. Intentamos mantener los mismos servicios, e incluso dar más, pero con menos dinero.

¿En qué se va a concretar ese plan de turismo del que habla?

La cultura y el ocio van a tener mucho que decir en esa parcela, pero también tenemos que dar a conocer que Elche es ciudad de litoral. Tenemos unas playas magníficas y me parece muy bien el hotel de La Marina, pero tiene que haber otro en Arenales, pero un hotel de calidad. Ya he tenido reuniones para ver cómo se relanza eso y posiblemente pronto haya algo. Luego, si queremos ser un destino turístico preferente, tenemos que ser capaces de que todo el año haya establecimiento abiertos, pero ése debe ser un proyecto de toda la ciudad, y tenemos que tener la implicación de todos los sectores. Tampoco podemos olvidar el nuevo Mercado Central, que revitalizará la zona centro.

¿Cómo se consigue crear empleo cuando la Administración local no tiene competencias en la materia?

Durante años, se han puesto mil y una trabas a las empresas para que se asentaran en nuestra ciudad y el suelo era muy caro. Eso hizo que muchas se marcharan a Catral, Crevillent o Aspe. El Ayuntamiento tiene que facilitar suelo más barato y hay que intentar que sea más ágil la tramitación de licencias. Además, tenemos que colaborar con todos: con el CEEI, con la Universidad Miguel Hernández o con la Cámara de Comercio. Elche no es una isla y, sin embargo, hasta ahora han intentado que estuviéramos encerrados sin relacionarnos con el resto de municipios limítrofes. Hay que colaborar al margen de ideologías.

Las relaciones con Alicante han mejorado últimamente. ¿Se va a mantener eso a cualquier precio?

No, pero esas buenas relaciones son beneficiosas. Cuando hablamos de mancomunar servicios, hablamos de que Elche se ahorre dinero y, por tanto, los ciudadanos, y eso nos permite hacer otras cosas y prestar otros servicios. Ahora, si para llevarnos bien con Alicante, tenemos que renunciar a cosas beneficiosas para Elche, no lo vamos a consentir y vamos a luchar por lo nuestro, pero hasta ahora no ha ocurrido. La alcaldesa de Alicante defiende su ciudad y yo la mía, pero hay nexos de unión y la misma filosofía.

La situación de las arcas municipales es grave. Sin embargo, ¿no les preocupa que, a fuerza de convertirlo en el eje de su discurso, se pueda paralizar la gestión?

La gestión nunca se puede paralizar. Nos hemos encontrado problemas heredados que no tenían solución o creían que no tenían solución y les estamos dando salida con ideas imaginativas. Todo no son soluciones de dinero, se trata de priorizar, querer solucionar y escuchar a la gente. A veces sólo basta con reorganizar cosas que están sobredimensionadas. En cualquier caso, encargaremos una auditoría a la Sindicatura de Cuentas y vamos a hacer una auditoría de los organismos autónomos y de los departamentos municipales. Queremos saber cómo están las cuentas y dónde está el dinero.

¿Y ese tipo de declaraciones no hace que, en ocasiones, se tienda a hacer oposición a la oposición?

No creo que hayamos caído en eso. Tenemos unos objetivos y una hoja de ruta que intentamos cumplir día a día, y las críticas de la oposición no nos hacen variar ese camino.

¿Y cómo ve a la oposición?

No se puede comparar a unos y a otros. Veo a un Partido de Elche colaborador, positivo y conocedor de la situación de las arcas; y veo a una oposición del partido mayoritario con mucho rencor y odio, que no ha encajado que está donde está. Aunque ellos sean los que en gran medida han creado estos problemas, y lo saben, la gente lo que espera es que arrimen el hombro, y no una oposición que lo que intenta es culparnos de lo que han hecho ellos. Espero que recapaciten.

¿Hacia dónde se va a caminar en materia de Urbanismo?

Las líneas prioritarias son desarrollar los sectores de nuestra ciudad, y crear empleo en un sector esencial para la economía ilicitana al que se le ha castigado y demonizado. Hay que ayudar a relanzar el sector y no hacer competencia desleal desde el Ayuntamiento. Pimesa no se puede inmiscuir en lo que tienen que hacer otros.

A las pocas semanas de llegar a la Alcaldía se aprobó la retirada del monolito de la Pasionaria y la avenida al exalcalde Vicente Quiles. ¿Por qué tanta urgencia?

Quizás se hiciera muy rápido, y siempre hay gente a favor y en contra, pero para la calle a Vicente Quiles había recogidas firmas de muchísima gente de distintas ideologías. Por eso, no me arrepiento, es un compromiso que hicimos siendo oposición y que, cuando hemos tenido la oportunidad de cumplir, hemos cumplido. Nosotros no miramos el color, miramos lo que han hecho las personas. Hay otras muchas demandas para quitar calles como la de El Che Guevara y no lo hemos hecho. ¿Qué méritos ha hecho por Elche para tener una calle? Si esta señora tenía esa calle por ser mujer, hay muchísimas otras mujeres, como aparadoras o intelectuales ilicitanas, que podían tener calles y no las tienen. Aquí se ha jugado con cierto favoritismo y viendo la adscripción política de cada cual. Nosotros no hemos querido molestar a nadie. ¿Se podía haber evitado? Sí, pero cuando uno gobierna toma decisiones.

Otra cuestión muy criticada ha sido la contratación de su hermana. ¿Se arrepiente de algo?

Faltaría más que una alcaldesa o un equipo de gobierno no nombrara a las personas de su confianza. El que fue candidato a la Alcaldía en Elche y perdió ahora es portavoz de la oposición en la Diputación, está cobrando un sueldo de la Diputación, y le hemos permitido que pueda nombrar a personal de confianza, y no ha nombrado a nadie del Partido Popular ni ha tirado de las listas del paro. De siete exclusivas y media parcial ha nombrado a tres personas de Elche con el carnet del Partido Socialista. No lo critico porque entiendo que son las personas de su confianza. Una de ellas es la mujer de un concejal de la oposición en Elche, otra persona es otro concejal y el tercero estaba ya como personal de confianza en el Ayuntamiento. ¿Por qué critican? Porque es mi hermana. Nadie ha dudado de la cualificación y la capacidad. Tengo más hermanas y no las he contratado.

El PP de Elche no ha celebrado una asamblea desde hace 18 años. ¿Se puede convertir eso en un lastre para la alcaldesa?

Creo que ningún ciudadano de a pie sabe lo que me acaba de decir ni le importa lo más mínimo, lo que quiere es gestión, más servicios, más calidad de vida y con menos impuestos. Las cuestiones internas de los partidos son de los partidos, y la convocatoria de la asamblea se me escapa porque es competencia del presidente provincial, al que se le pidió por activa y por pasiva. De todas formas, eso no es ningún obstáculo que me impida trabajar por y para mi ciudad. Lógicamente, dentro de mi partido, ya lo he pedido para que se haga, y cuanto antes, pero mis energías van dirigidas a solucionar los problemas de los ciudadanos.