El inicio del curso escolar ha estado marcado por la llegada de los niños a las aulas de Infantil y Primaria pero también por la situación en que se encuentran algunos centros educativos que todavía precisan de barracones para poder acoger a sus alumnos. Pese a ello, el concejal de educación, Daniel McEvoy, ha valorado positivamente el inicio del curso escolar calificándolo de "normalidad absoluta" al tiempo que anunciaba que Elche dispone de 941 aulas que dan cabida a 7.531 alumnos de Infantil y 14.403 de Primaria en los diferentes colegios de la ciudad. Asimismo, destacó que los puestos de profesores han sido cubiertos.

Por otra parte, McEvoy ha señalado que "se ha creado una nueva aula para niños de tres años en el colegio público Candalix, que ayudará a que alumnos desplazados puedan volver a su zona y dejen vacantes en zonas limítrofes". El motivo de la creación de esta aula ha sido, según el edil, "la necesidad de incrementar la oferta de plazas de educación Infantil en esta zona", algo que ha calificado como "positivo" puesto que la mayoría de los padres han decidido escolarizar a sus niños de tres años, algo que según el edil "no es obligatorio".

Esta medida se realizó a propuesta de la Comisión de Escolarización que consideró necesario no aumentar más el ratio de plazas, o lo que es lo mismo, no incluir a más niños en el resto de aulas, algo que no consideraron oportuno. El edil de Educación afirmó que los aumentos de ratio de las aulas han sido "puntuales" en algunos colegios, cursos y aulas, y que "sólo ha aumentado en más de un alumno en el 9,6 por ciento de las aulas que se han abierto, lo que correspondería a dos alumnos por aula aproximadamente". Aún así, el edil aseguró que en Elche "aún existen 708 vacantes para atender a esta matrícula sobrevenida, siendo la distribución por zonas bastante irregular, ya que por ejemplo en el campo de Elche hay muchas más vacantes que en el núcleo urbano".

Respecto a los profesores, Daniel McEvoy aclaró que "los puestos han sido cubiertos y todos ellos se han incorporado con normalidad a su trabajo, salvo alguna excepción por bajas puntuales, con lo que todos los puestos que debían haber sido cubiertos se han cubierto". Fuentes municipales señalan que el Ayuntamiento envió a los directores de los centros un escrito informándoles de que cualquier incidencia en este aspecto se comunicara a la Concejalía de Educación. Sin embargo, no se ha recibido queja alguna ya que se trata de casos puntuales en los que los centros educativos han empleado a profesores auxiliares.

En cuanto a las aulas prefabricadas, el número de barracones que se encuentran instalados en los diferentes colegios debido a la escasez de aulas y a los centros que aún se encuentran sin construir, ascienden a un total de once según el edil de Educación Daniel McEvoy. Tres de ellos se ubican en el colegio La Paz de Torrellano, cinco en Las Bayas y otros tres en el colegio Rodolfo Tomás y Sempere de El Altet. Sobre las actuaciones para la puesta en marcha de colegios como el número 36, el edil aseguró que "estamos trabajando en ello".

Según los datos facilitados por el edil, la distribución de aulas por zonas representa en la zona norte, 116 aulas; 139 en la zona noroeste; 84 en la zona centro; 111 en la suroeste; 65 en la sureste; 116 en la sur, 67 en la noreste y 147 en la zona del Campo de Elche. Esto supone un total de 941 aulas entre Infantil y Primaria.

Un comienzo con ganas e ilusión

Los alumnos del colegio público Princesa de Asturias han comenzado el nuevo curso tras casi tres meses de vacaciones. El centro educativo recibió ayer a los niños de entre tres y cinco años de preescolar, la mayoría de los cuales llegaron en autobuses, debido a que el colegio se encuentra desplazado de su ubicación original, en el barrio de Altabix. A las nueve en punto de la mañana, las puertas del colegio se abrieron de par en par para acoger a los pequeños. Los profesores del centro recibieron a los primerizos para hacer más llevadero el siempre difícil paso a la nueva etapa escolar. Pese a que la gran mayoría llegaron dispuestos y con sus mochilas a la espalda, hubo quienes no pudieron evitar el llanto al separarse de sus padres. Es el caso de Raquel, la madre de un pequeño de cuatro años que mostraba con sus lágrimas su oposición a entrar en el colegio. "Le ha costado un poco porque está muy unido a la familia", confesaba Raquel. Como este pequeño, hubo algunos que también se mostraron contrarios a entrar al colegio, pero que con la ayuda de los maestros superaron el mal trago. Sin embargo, la gran mayoría de padres coincidían en que sus hijos tenían ganas de volver, como es el caso de Miguel y María Jesús, que contaban que su hijo "quería venir para conocer a otros niños y hacer amigos".