A la oficina de objetos perdidos del aeropuerto de El Altet llega diariamente una media de veinte objetos. A la cabeza de los olvidos se sitúan las gafas y, tras ellas, todos los objetos que se depositan en la bandeja cuando hay que pasar el control de seguridad, como son móviles, relojes, cinturones y hasta ordenadores portátiles. No obstante, también se olvidan objetos más voluminosos, como trofeos, bastones, sillas de ruedas y cochecitos de bebé.