El vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Camino de los Magros, Diego Lozano, recogió ayer el testigo y se sumó a las críticas que muchos empresarios de la zona han expresado en referencia a la eliminación de las zonas azul y verde que el Ayuntamiento tiene previsto llevar a cabo en esta zona de la ciudad.

Lozano, que además regenta un quiosco de prensa, recordó que esta vía estuvo sin parquímetros cerca de diez años, "desde que desapareció el ambulatorio". Por ello, la asociación de vecinos pidió la puesta en marcha de una zona azul, petición que les fue concedida a principios del pasado año. "Si ahora la eliminan no habrá durado nada", se lamentaba. El representante vecinal señaló que si la supresión de la zona azul estuviese motivada por algún tema de fuerza mayor, como que "es imposible mantener los parquímetros por razones económicas" se puede entender, pero si se trata de un mero "asunto político" no lo comparte. En última instancia, Lozano señaló que "en la asociación somos conscientes de que la alcaldesa patea la calle y sabe lo que necesitamos, por eso esperamos que este proyecto no se lleve a cabo". Además, aventuró que, si finalmente el proyecto toma forma, "perjudicará mucho al barrio".

La polémica se ha desatado porque tras el mes de agosto, cuando es gratis aparcar en la zona azul, los parquímetros que recorren la calle Camino de los Magros siguen fuera de servicio, protegidos por una chapa de metal que impide tanto insertar monedas como retirar el tique. La razón que plantea el Consistorio ante esta situación es que las máquinas están fuera de servicio debido a "razones técnicas".

Ante la idea de que esta medida cristalice, varios comerciantes y gerentes de comercios de la zona alzaron hace dos día la voz para protestar contra esta medida. Su principal argumento se basa en la falta de "movilidad y rotación de vehículos" en las que se verían sumidas estas vías, con la consiguiente pérdida de clientes que eso entrañaría para sus establecimientos.