Con la presentación de la conferencia de clausura del II Congreso Internet del Mediterráneo recién preparada en su portátil, Sebastián Muriel reflexiona con seguridad y cierto optimismo sobre el futuro de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Probablemente, porque Tuenti, la empresa para la que trabaja desde marzo, tras abandonar la dirección de la entidad pública Red.es, se ha consolidado como la web nacional más visitada en España con más de 33.000 millones de páginas vistas al mes. Pero también, porque confía en la capacidad para adaptarse a los cambios y evolucionar en una sociedad cada vez más globalizada e interconectada.

Las redes sociales se han convertido en uno de los principales fenómenos comunicativos de la última década, pero no todas las plataformas han logrado tener la misma aceptación. ¿Cuál es el secreto de Tuenti?

La clave del éxito de esta empresa es haber interpretado bien la nueva realidad de Internet, que cada vez es más social, más local y más móvil. Pero, sobre todo, es un proyecto que, además de una buena idea, se ha puesto en marcha con decisión, sin miedo al riesgo o al fracaso y con paciencia a la hora de obtener ingresos en un mercado tan competitivo como la Red. Para ello, principalmente, ha tratado de contar con una plantilla especializada y competitiva, que ahora mismo está formada por más de 230 profesionales.

Este éxito contrasta con la relativa escasez de iniciativas españolas que se han hecho un hueco en este panorama. ¿A qué se debe este atraso con respecto a otros países?

Además de éste, hay casos positivos que demuestran que es posible triunfar en Internet, pero por desgracia no es algo generalizado. En España, existen y se plantean muchas y muy buenas ideas, pero luego hay que implementarlas, y entonces es necesario tener arrojo y valentía para ponerlas en práctica. A menudo, dedicamos mucho tiempo a hablar, a preparar el Power Point y a quejarnos de la falta de apoyo público, pero muy poco a desarrollar el proyecto, porque nos falta cultura emprendedora.

En ese caso, ¿cómo se pueden subsanar estas carencias?

El problema es profundo, de raíz social y cultural, se manifiesta en todas las facetas de la vida y contrasta con la forma de abordar los problemas de otras sociedades como la anglosajona o la del norte de Europa. Por eso, para invertir esta tendencia, además de conservar las fortalezas que ya tenemos, como la creatividad, hay que cambiar nuestra mentalidad desde la infancia, a través de la educación. Lo que yo quiero para mis hijos es que, además de aprender contenidos, sepan competir y trabajar en una sociedad que premie la iniciativa propia.

Para lograrlo, además de proyectos lúdicos, las redes sociales también se consideran impulsoras de la actividad empresarial

Como plataforma de comunicación interna y como canal de transmisión externo, las redes sociales son cada vez más importantes para hacer más eficiente la comunicación. Y eso, si se utiliza bien, se traduce siempre en una mayor productividad.

Para ello, una de las apuestas, como se ha podido comprobar en este congreso, es la implantación de los dispositivos móviles.

La eficacia de esta comunicación crece enormemente cuando se puede realizar desde múltiples plataformas y en tiempo real. Por eso, además de desarrollar programas y dispositivos, el siguiente paso es la creación de operadores móviles propios e independientes que simplifiquen el diálogo.

Sin embargo, esta conversación instantánea se muestra a veces llena de ruido y dispersión.

Aunque se habla de la web semántica, que mejora la búsqueda de contenidos, la vertiente social, determinada por la relevancia del emisor, va a ser fundamental para mejorar estos aspectos. Evidentemente, mucha información de la que se publica en estas plataformas es inútil o banal para algunos, pero relevante para otros. Para encauzarla, es importante el diseño de las plataformas, pero cada vez es más necesario guiarse por la opinión y el hábito de sus usuarios.