Torrente para iniciar la selectividad. Esto es lo que se encontraron ayer los alumnos nada más acometer la primera de las pruebas que se interponen para poder alcanzar la universidad, y las cuales se prolongarán hasta el próximo lunes.

Un comentario de texto a partir de una opinión periodística titulada "Torrente y la clase política", llevó ayer a más de un joven a abrir un poco más los ojos ante lo que estaba leyendo. Al menos una sonrisa para empezar, al relacionar la autora a este personaje, a Belén Esteban y a "Paquirrín", con la clase de política que nos gobierna, sin olvidar una crítica a la propia sociedad española por el escaso barniz intelectual que últimamente parece atesorar.

A los estudiantes se les pedía hacer un comentario crítico del texto y, a continuación, que eligieran entre el esperpento de Valle-Inclán y su reflejo en "Luces de bohemia", o bien optaran por describir la evolución de la poesía de Miguel Hernández.

Según a quién se le preguntara, la cosa estaba dividida: unos habían preferido al autor gallego, otros al poeta local. Mucho centenario de Miguel Hernández, pero inclinarse por uno o por otro no estaba tan claro como en un principio podía parecer.

Cristina, del Instituto La Asunción de Elche, aseguraba ayer que "es diferente la presión de estar en clase, en el instituto, a estar aquí". Quiere hacer alguna carrera sanitaria y lleva un año preparándose estos exámenes, ya que el pasado curso aprobó algunas asignaturas, y el resto durante el que ahora acaba. Mientras para ella Castellano y Valenciano son las que más cuesta arriba se le hacen, a su compañero de instituto, Jonás, es el Inglés la problemática. En cualquier caso este joven cree tener buenas expectativas para estas pruebas.

Por su parte, Marina, de Jesuitinas, aseguraba ayer tras el primer examen que había tenido "muchísimos nervios y poco tiempo", algo en lo que coincidían otros muchos alumnos. Esta alumna, que quiere estudiar Magisterio y que ha dedicado una semana a preparar la selectividad,considera que al fin y al cabo las antiguas pruebas son igual que las nuevas, que entraron en vigor el pasado año.

Desde el centro Salesianos, Ángela, que quiere ser médico, y Verónica, que aspira a ser publicista, consideran perfecto que haya un fin de semana antes del último día de exámenes para terminar de preparar éstos. Para Ángela, la asignatura de Ciencias de la Tierra es la más dura, y para Verónica, Economía.

Éstas eran algunas impresiones recogidas durante el primer descanso en el día inaugural de las pruebas de Selectividad. Bajo la organización de la Universidad Miguel Hernández se presentan en la convocatoria de junio cerca de 3.226 estudiantes, un 16% más que el pasado año debido a que muchos alumnos que ya aprobaron el pasado año, quieren ahora subir nota al presentarse sólo a las pruebas específicas. Pero también debido a que de ciclos formativos también muchos estudiantes precisan mejorar su puntuación para entrar en la carrera que desean.

Javier Gómez, vicerrector adjunto de acceso a la universidad en la UMH, explicaba ayer que la normalidad había marcado las primeras horas de esta cita, aunque algún alumno se había presentado con retraso.

El próximo lunes a las 17.30 horas terminarán definitivamente estos exámenes. Algunos se habrán examinado de cinco asignaturas. Otros, como máximo, de nueve, con el fin de mejorar su nota. Pero todos, en definitiva, aspiran a que en septiembre puedan entrar en la carrera universitaria que, algunos, ayer, todavía no tenían claro cuál elegir.

Entre un 20 y un 30 por ciento suele acudir a la revisión de los exámenes para subir la nota

Entre un 20 y un 30 por ciento de los examinados solicitan posteriormente la revisión de sus exámenes o reclaman una mejora de puntuación en determinadas pruebas. Éste es el porcentaje que suele ser habitual una vez se da a conocer la nota final, que en este caso será el próximo 21 de junio a las 14 horas.

Otro dato a tener en cuenta es que entre las siete sedes y los diez tribunales que examinan de selectividad a los alumnos en la Universidad Miguel Hernández también se encuentra estos días una quincena de estudiantes con algún tipo de discapacidad, o que precisa otros medios parar poder realizar los exámenes en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros.

Javier Gómez, el responsable de estas pruebas en la UMH, relataba ayer que en estos caso se contacta antes con el instituto correspondiente para tratar de buscar la mejor salida posible para que el alumno pueda realizar los exámenes con la mayor normalidad. En ocasiones es necesario un ordenador, en otras ampliar el tiempo de la prueba, tal vez disponer de un aula para un solo alumno, o que éste esté acompañado por un cuidador o un psicopedagogo.

Gómez apuntaba ayer que hace apenas dos días una estudiante se había roto la muñeca y que por tanto no podía escribir, por lo que al parecer se iba a solucionar con un ordenador y dictando.