Enrique Gutiérrez es toda una institución en la educación pública en Elche. Durante aproximadamente 30 años ha sido el director del colegio Luis Vives, que se ha convertido en toda una referencia en el municipio por los numerosos programas avanzados puestos en marcha con el fin de atender debidamente a todo tipo de alumnado. Le llega ahora el turno de jubilarse, pero asegura que no está cansado y que va a echar mucho de menos a sus compañeros y a los alumnos. Para todos ellos les falta palabras de agradecimiento.

¿Se jubila porque le toca o porque le apetece?

Aprovecho la jubilación LOE y es a la que puedo acogerme este año. Me hubiera gustado continuar dos o tres años más, pero luego puede complicarse algo la cosa. La verdad es que no estoy cansando, pero luego puede que no sea funcional.

¿Cómo aterrizó usted en este colegio?

Yo trabajaba en el País Vasco y allí había una situación delicada. Yo estaba en un movimiento sindical, pero la situación era muy tirante por el tema de ETA. El caso es que conseguí que a Elche viniera con una propuesta ya de entrada para ejercer de director, aunque no ejercí como tal hasta después de estar dos o tres años aquí. Por tanto, llevo 38 años en la enseñanza y unos treinta como director.

¿Qué es lo que le ha dado usted al "Luis Vives"?

Todo. El colegio ha sido mi vida y lo considero como algo propio. He creído que era mío y todo el trabajo que he hecho ha sido como si fuera mío, mi vida.

¿Qué destacaría de su labor desarrollada en este centro?

He buscado que mis alumnos tuvieran lo mismo que yo desearía que tuvieran mis hijos. Todo lo que he hecho ha sido pensando por el bien de ellos.

¿Y qué es lo que le ha dado a usted este colegio?

Me ha dado todas la alegrías del mundo y la satisfacción de vivir lo mismo que vivo en mi casa. He podido desarrollar un trabajo con el apoyo de mis compañeros, y de los padres, y luchando la mayoría de las veces con la Administración. Además tengo que destacar a una persona que se jubila a la vez que yo: Soledad Espuelas de Torre. Lleva los mismo años que yo en el colegio y es, con diferencia, el alma del centro y a la que más estoy agradecido. Es mi esposa.

¿Qué es lo que más va a echar de menos de su actividad docente?

A los alumnos y a los antiguos alumnos, mi relación con mis excompañeros, y a la vez nada, la vida continúa. Tengo previsto seguir relacionado con todo el ámbito de la educación y del deporte.

Mirando atrás ¿de qué es de lo que se siente más orgulloso?

Estoy satisfecho de la propia satisfacción de los alumnos que han pasado por el "Luis Vives"; que consideren el centro como algo propio, como su casa; que los padres tengan el orgullo de poder llevar sus hijos al mismo colegio donde ellos estudiaron. Eso no se paga con dinero y eso señala que algo hemos hecho bien.

¿Han cambiado mucho a nivel de preparación las distintas generaciones de alumnos?

No. Para mí han sido y son extraordinarios los alumnos de este colegio. He tenido la gran suerte de haber tenido a los mejores maestros de la escuela pública y creo que tengo los mejores alumnos. El respeto que tienen los alumnos es total en la institución porque a sí se lo hemos inculcado.

¿Cómo ve la enseñanza pública en la actualidad?

Corren malos vientos para la enseñanza pública y no está considerada como una inversión, sino como un depósito de dinero y eso no puede ser así. Cuando cambiemos la mentalidad y lo veamos como una inversión a largo plazo, entonces la cosa se transformará. En Elche hay muchas deficiencias por las distintas administraciones y por un tema económico: por la crisis que nos acosa. En concreto, en el "Luis Vives", la educación, en los últimos 30 años, ha cambiado poco en nuestro centro, porque los objetivos eran y son educar en valores. Además, hemos conseguido también tener una de las tasas de alumnos universitarios más alta de la provincia. En eso no hemos cambiado nada, y los padres, cuando traen a sus hijos, lo saben.