Una profesora del departamento de agroquímica y medio ambiente de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, Fuensanta García Orenes, participará el próximo 25 de mayo en un curso sobre la utilización de aguas residuales depuradas y residuos orgánicos en Cuba.

La UMH ha informado a través de un comunicado que este evento se enmarca dentro del proyecto de cooperación interuniversitaria e investigación científica 'Acciones para el fortalecimiento y consolidación de un grupo de investigación de excelencia sobre optimización del uso del agua en agricultura.

En éste participa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) de la Universidad Agraria de La Habana (UNAH).

La intervención de la científica de la UMH tendrá lugar en el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) del municipio de San José de Las Lajas en la provincia Mayabeque, colindante al norte con la provincia Ciudad de la Habana.

García Orenes, además de explicar cómo desarrollar un uso eficiente de las aguas residuales depuradas y los residuos orgánicos en la agricultura urbana cubana, advertirá sobre los efectos que la reutilización de estos recursos pueden tener sobre las propiedades biológicas y bioquímicas de los suelos, así como de las consecuencias que éstos tienen sobre las plantas.

Este tipo de agricultura, la urbana, se enfoca hacia la obtención a pequeña escala de productos agroalimentarios para el autoconsumo familiar y recurre al uso de espacios urbanos no utilizados, con lo que consigue la eliminación de posibles amenazas para el medioambiente y la salud humana, además de un añadido para embellecer las ciudades.

No obstante, la proliferación de estas actividades agrícolas está suponiendo un elevado consumo de agua potable, lo que conlleva una ineludible búsqueda de alternativas que, permitiendo buenas y saludables producciones, no incidan en el abastecimiento urbano del recurso.

En este sentido, la reutilización de aguas residuales, tratadas según las recomendaciones de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en función se su uso, podría suponer una interesante alternativa.

A este problema hay que añadir que la agricultura urbana y periurbana tiene la necesidad de reducir el uso de los fertilizantes, realizando unas actividades plenamente sostenibles.

Por ello, la utilización de los distintos tipos de residuos orgánicos -residuos sólidos municipales, agrícolas, agroindustriales o biosólidos- puede suponer una fácil fuente de bioelementos y materia orgánica, para así moderar el uso de fertilizantes de síntesis.