La solidaridad y compromiso de los ilicitanos se ha puesto esta semana de relieve en el barrio de Carrús. Tras el intenso terremoto que azotó Lorca la pasada semana, han sido muchas las familias que se han quedado sin hogar y que se han visto obligadas a vivir en la calle. Los vecinos de Carrús quisieron mostrar su apoyo al pueblo murciano llevando alimentos a aquellos que debido a la catástrofe se han visto obligados a dormir en tiendas de campaña a la intemperie.

Por ello, cuatro vecinas de este barrio decidieron promover una campaña de recogida de productos de todo tipo como mantas, pañales y productos de higiene, con la finalidad de enviarlos a la zona afectada por el seísmo. La idea fue muy bien recibida por los vecinos, hasta el punto que el pasado viernes, tan sólo tres días después de ponerse en marcha, ya se habían llenado 80 cajas que se distribuyeron en seis camiones con destino al municipio lorquino.

La peluquería Maribel López fue el punto donde los vecinos depositaron las bolsas y carritos de la compra cargados con todo tipo de alimentos como lentejas, habichuelas, macarrones, galletas o harina, y potitos, pañales o leche para los más pequeños. La lista de productos la completó la ropa que se embaló en cajas para su posterior envío a Lorca.

La impulsora de esta iniciativa, Balbina Cuadra, mostró su agradecimiento a la gente por su apoyo y compromiso. "Estamos muy contentas porque no nos esperábamos una respuesta tan grande, Carrús es un barrio muy humilde y la gente se ha volcado". Balbina aseguró que "tiene que ser horroroso quedarse sin nada en cuestión de minutos y, por mucha ayuda que demos, no se podrá reparar nunca". Junto a ella, Maribel López, Llamos Hinarejos y Ángela Gras, también contribuyeron a la difusión de la información, a través de carteles por el barrio y las redes sociales.

Gregoria Gámez, jubilada, llevó el pasado viernes su carrito de la compra y también mostró su apoyo a los afectados. Confesó que "el otro día vi en la televisión cientos de casas destrozadas por el terremoto y me conmovió mucho". Igual que ella, varias vecinas acudieron a la llamada aportando su granito de arena para mostrar su apoyo a quienes han perdido parte de sus vidas bajo los escombros.

Los envíos de comida se realizaron mediante la colaboración de la empresa de transportes SEUR, que tuvo la deferencia de no cobrar los portes derivados del traslado. El éxito fue tal que, dentro de dos semanas, los vecinos tienen previsto enviar más cajas y mostrar, de este modo, el compromiso de este barrio ilicitano con aquellas personas que más lo necesitan.