La Universidad Miguel Hernández tiene previsto fijarse antes del verano objetivos concretos a alcanzar para generar un importante ahorro en todo tipo de cuestiones energéticas.

Tras la aprobación en diciembre del Plan de Calidad Ambiental, diseñado para el periodo 2011-2015, ahora la institución docente tiene que ponerse manos a la obra, cuantificar y especificar cómo va a hacer realidad estas metas.

Para ello también tienen que concretar qué inversión precisa la institución académica para conseguir que sus cuatro campus ahorren y, sobre todo, consuman menos recursos, sobre todo de luz, agua y gas.

El plan ya cuenta con una avanzadilla que es una campaña de sensibilización que desde el pasado mes de febrero se ha diseminado por los distintos edificios del campus.

Esta campaña se concreta en una serie de carteles y pegatinas con recomendaciones tanto para ahorrar agua, luz y gas, como para mejorar la regulación de la temperatura, apagar las luces al terminar las clases, o avisar si en el aseo se encuentra alguna cisterna averiada, por ejemplo.

"Ya está teniendo muy buena respuesta", indica Fuensanta García Orenes, coordinadora de la Oficina de Calidad Ambiental de la UMH. La responsable indica que el equipo de conserjes ha notado en los últimos meses un aumento de avisos de estudiantes sobre distintos aspectos que ayudan a ahorrar energía, pero también estos trabajadores han observado por sí mismos cómo ahora se apagan mucho más las luces del aula y la calefacción al terminar las clases por parte de sus usuarios habituales.

Fue en el año 2009 cuando la UMH se puso en alerta al comprobar cómo sus medidas energéticas, en comparación con otros Campus similares, eran algo más elevadas. "Vimos que implantando pequeñas acciones, bajábamos determinados consumos", subraya García Orenes.

De hecho, la UMH, entre sus cuatro campus, llegó a consumir más de 19 millones de kilowatios hora y 153.000 metros cúbicos de agua durante el año 2009, frente a los 16,7 millones y los 107.000, respectivamente, de 2007.

Actualmente, en lo que se lleva transcurrido de 2011, se ha conseguido reducir este consumo con respecto al ejercicio anterior cerca de un 15% en energía eléctrica y un 27% en agua, provisionalmente.

Resultados muy positivos que, no obstante, la UMH considera que puede ir incluso más allá mejorando la eficiencia e incrementando la sensibilización.

Por eso ha pasado a ser habitual encontrar en los edificios esos "memosticks" y carteles con algunas recomendaciones de ahorro: desde desactivar el salvapantallas del ordenador, hasta acabar con el "stand by" de las pantallas, pasando por el uso de regletas de enchufes, o "deja el ascensor para las personas con problemas físicos y sube por las escaleras, tu salud y el medio ambiente te lo agradecerán", según se indica literalmente.

El plan que la UMH está desarrollando, en este sentido, es a largo plazo y, además, sus responsables saben que cuentan con unos usuarios muy atentos con respecto al medio ambiente:, los alumnos; y también unos profesores e investigadores que están muy concienciados, así como los trabajadores.

Pero además de los recursos humanos, la UMH también pondrá su atención en los recursos materiales. En este sentido, se van a seguir monitorizando los consumos y afinando en las medidas, se va a auditar la eficacia de las instalaciones, se han empezado a emplear luminarias de bajo consumo y a apostar por fuentes alternativas, introducir sistemas automáticos de corte de agua y luz, introducción de cisternas de doble carga, recogida de pluviales para riego... un gran número de pequeñas acciones que permitirán dar un gran salto energético y medioambiental.